El espectador se convierte en actor introducido en una obra diseñada para recorrerse. La farsa de la realidad reconstruida como experiencia artística desde el alejamiento emocional contemporáneo de una sociedad deshumanizada, fría, urbana, capitalista e industrial, cuyas agresiones se balancean como en un peritaje emocional cuando se enfrentan al espectador. En la serie Proyecto para restituir una montaña plantea un proyecto de reconstrucción ficticia del entorno natural en el equívoco de las sierras conocidas.
La magnífica plasticidad de sus Paisaxes cautivas en la reinterpretación de los materiales (mármol, acero) convierte el hábitat en paisaje atrapado mediante una serie de anclajes que impiden y corrigen la dirección natural vertical, forzados a mantenerse en la cuadrícula diseñada, instalados en la artificialidad de una naturaleza alterada por procesos inorgánicos. Una naturaleza domesticada, sometida. Formas de gran belleza en las estalactitas que, como puñales de hielo parecen bosques de coral que alteran su posición por la horizontal, ingrávidos y suspendidos de sus ataduras. Resulta de gran violencia expresiva Paisaxe cautiva VIII por los mecanismos sensoriales que activa en su iconografía sorprendente.