Los alumnos de Seixalbo aprenden qué es una máquina de escribir o un tocadiscos

El año pasado un grupo de profesores del colegio de Seixalbo encontró en el desván del centro educativo un gran número de material en desuso. Objetos y artilugios utilizados en el pasado para enseñar a los niños que habían sido apartados. Ahí arranca la exposición que estos días decora el centro educativo.

Los maestros pensaron en hacer una actividad en la que involucrar a los alumnos, enseñarles y que descubrieran de qué manera estudiaron sus padres y sus abuelos. Entones decidieron dividirse en grupos y hacer que fueran los pequeños los que indagaran sobre ellos y prepararan una exposición de la que pudieran disfrutar todos. Ordenadores, teléfonos, balanzas, microscopios o tocadiscos forman parte de esta muestra titulada «Lembranzas do pasado» que permanecerá expuesta hasta el viernes.

Una de las promotoras de la iniciativa es la profesora Ángeles Barja. «Pensamos en hacer un proyecto de investigación para Primaria. Cada curso eligió un aparato e hizo un resumen en el que plasmaron para qué servía y de que época era», explica. Lo mejor fue, dice, ver la cara de los niños. «Sobre todo les impresionó el tocadiscos, porque había un disco con canciones para aprender a multiplicar. Y la máquina de escribir. Pero lo que más, el teléfono. Es de rueda y no sabían cómo girarlo, quedaron embobados mirando cómo funcionaba todo», dice.

Durante el día de ayer la exposición pudo ser vista por todo el que quiso, y durante esta semana seguirá abierta para que los escolares puedan quedarse con todos los detalles y contar en sus casas que descubrieron cómo aprendían sus padres y sus abuelos cuando, como ahora ellos, estaban en la escuela.

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