«Se habla poco de discapacidad y aún menos de la labor de las asociaciones»
OURENSE
Adriana Fernández consiguió volver al mercado laboral gracias a un programa de Cogami
10 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Adriana nació con una displasia compleja. Le faltaba un trozo de cadera y la cabeza del fémur. Con 28 meses la sometieron a su primera operación, pero cuando cumplió los 25 el desgaste del hueso le obligó a someterse a otra para que le colocaran su primera prótesis. Hace seis años le pusieron la segunda. A pesar de las dificultades obvias que ese problema le ha generado en cuanto a limitación de movilidad, nunca supuso para ella un freno. Ni siquiera a la hora de enfrentarse al mercado laboral.
«Desde que tenía unos 14 años ya ayudaba a mis padres en su bar, y cuando cumplí 18 años, decidí seguir yo como autónoma», explica. Pero el sector de la hostelería resultó demasiado exigente para sus condiciones físicas y acabó decidiendo que tenía que probar suerte en otros campos. «Me apunté al Inem y encontré trabajo en el textil. Estuve 14 años trabajando con ellos». Pero las largas bajas provocadas por las dos intervenciones para colocarle las prótesis le cerró también esa puerta. «Tuve una de un año en la primera y otra también muy larga en la segunda, en la que incluso tuve que pasar tres meses sin poder siquiera caminar», explica. Decidió ponerse a estudiar por su cuenta y se anotó de nuevo en la oficina de empleo para optar a otros cursos de capacitación laboral. «Entre otros me saqué el Celga y el curso de competencias claves. Dejé los estudios muy joven y es difícil encontrar trabajo sin formación», razona.
Sin embargo seguía encontrando muchas dificultades para volver al mercado laboral. «Cuando estás en el INEM te puede salir trabajo de todo tipo, pero son cosas que tú, por tus limitaciones, probablemente no puedes hacer», matiza. Recuerda que fue a varias entrevistas pero no encajaban con sus capacidades. «Yo no puedo coger pesos y solo puedo trabajar unas ciertas horas al día, no puedo asumir una jornada completa porque me arriesgo a necesitar otra prótesis, lo que ya me han advertido que incluso me puede llevar a quedarme en una silla de ruedas», señala.
La recomendación de un pariente la llevó a acercarse a Cogami. «Fue suerte. Él conocía la asociación y estaba muy contento con ellos. Me dijo que allí me iban a asesorar y a ayudar. Yo estaba, de hecho, totalmente perdida. No sabía por dónde tirar. Por desgracia la gente no habla mucho sobre el tema de las discapacidades. Se habla poco de discapacidad y no se conoce la labor de las asociaciones, no se divulga lo suficiente todo lo que pueden ayudarte», opina.
Todo empezó a cambiar desde ese momento para esta joven ourensana. «Ellos sí son conscientes de las limitaciones que tienes y orientan la formación hacia lo que puedes hacer. Además las ofertas que manejan ya son de empresas que tienen puestos que se pueden adaptar a tu situación», explica. Con ellos hizo el curso de Administración y Gestión de Empresas y también hizo prácticas en un call center del parque tecnológico, donde luego trabajó contratada durante casi un año. Lo dejó antes de que le llegase una posible renovación porque encontró otra oferta.
«Vi una oferta de trabajo para las oficinas de Electricidad Japón. Me pareció que me podía gustar y me animé a ir a la entrevista. En la vida si no se intentan las cosas, nunca sabes si el camino va a ser bueno o no. Yo le expliqué cuáles eran mis circunstancias, porque ellos no sabían que yo tenía una discapacidad. No me pusieron ninguna pega, me dijeron que no había problema y que adaptaban mi jornada a esas cuatro horas y media que yo puedo trabajar . El primer contrato fue de tres meses pero ya me han hecho indefinida y estoy muy contenta, la verdad. Espero que ellos también conmigo», señala.
Aunque su actual trabajo es fruto de su propia inquietud por mejorar laboralmente y encontrar un sector que le resultase atractivo, Adriana no olvida que su retorno a la vida activa se inició en Cogami. «Si no fuera por su ayuda y por ese curso, ¿a dónde iba yo? ¿A qué tipo de trabajo podía acceder con tan solo los estudios básicos y mis condicionantes físicos?», razona.