«Ducharse a diario es impensable, por el gasto del agua caliente»

Cándida Andaluz Corujo
cándida andaluz OURENSE/ LA VOZ

OURENSE

MIGUEL VILLAR

Un matrimonio ourensano sobrevive con los 426 euros que entran en casa al mes

10 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Recuerdan tiempos peores, aunque en la actualidad vivan con 426 euros al mes, invirtiendo la mitad en el alquiler del piso en el que viven con sus dos hijos. Este matrimonio ourensano sufrió un desahucio y ahora intentan recuperar, poco a poco, su vida. No se habla de miseria ni de indigencia, sino de serias dificultades para empezar el mes. Acabarlo, ya es otra cosa. María Vidalina López Sieiro y Francisco Javier Lama García viven en la actualidad del sueldo de la primera que, con trabajos esporádicos, lleva alrededor de 300 euros al mes a casa, que se complementa con las ayudas que reciben. Ambos, de 34 y 41 años, hacen cuentas todos los días. Reducen en aquello que para muchos casi pasa desapercibido. Además, arrastran una deuda con la empresa energética que les fracciona los pagos para que puedan llevar una vida «normal». María Vidalina asegura que aunque le salen trabajos que le podrían completar aún mas los ingresos, el hecho de tener dos hijos no le deja más opción que tener que desecharlos. «¿Quien cuidaría de los niños entonces?», afirma. Francisco Javier relata que con 41 años el mercado laboral le ha dado la espalda. «¡Aún recuerdo cuando era mileurista. Entonces sí que podíamos vivir bien!», subraya. Así que no queda otra que tirar de los gestos diarios. Ahorrar los máximo posible. Eso significa no encender la calefacción -salvo en ocasiones muy contadas- o dormir con tres mantas para evitar el frío. Pero no solo eso. «Ducharse todos los días es impensable, por el gasto del agua caliente, tenemos cuota fija del agua pero calentarla nos supone un gasto a mayores. Cuando bañamos al niño pues calentamos antes con una estufa el baño y lo hacemos rápido», explica Francisco Javier.

Antes de residir de alquiler en la vivienda actual, María y Francisco sufrieron un desahucio. Fue, seguramente, el peor momento por el que pasaron. «Entendimos el desahucio pero no podíamos irnos con dos hijos. El dueño del piso se portó bien, nos dio un tiempo para poder recoger las cosas. Lo entendimos aunque no lo compartamos. Él también tenía que pagar la hipoteca», relata María. A ella le costó salir de casa tras este episodio. Fue su marido el que se puso en contacto con Cruz Roja y la animó para continuar. Fue la salvación de María que pese al momento, decidió no darse por vencida. «Sé que las cosas irán mejor. Ahora mismo mi hija mayor está estudiando para ser peluquera y con las prácticas que hizo en verano pudo pagarse parte de sus estudios». El hijo pequeño tiene 5 años. «No le puedo dar todo lo que quiere o lo que ve que tienen sus amigos del colegio, pero es un niño feliz. Muchas veces no salgo con él al parque para que no se sienta diferente, pero jugamos los dos en la terraza. Se entretiene con todo», explica la madre. Además, en su casa no faltan juguetes gracias a la familia de ella y lo que pueden recoger en entidades benéficas. «A veces vamos al banco de alimentos y traemos cosas, aunque yo estoy siempre fijándome en las ofertas y en donde se puede comprar más barato. No salimos a tomar nada por ahí pero no importa, si me apetece una Coca-Cola, pues me la compro en el súper y me dura para varios días», dice María. Quedan grabadas, eso sí, las palabras que tuvo que escuchar en alguna ocasión: «Nos han llegado a decir que con 426 euros al mes vivíamos por encima de nuestras posibilidades. Pero soy una persona muy optimista. Sé que nos va a ir bien».