Más de un millar de estudiantes ourensanos participaron en la investigación
04 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.El sexting es el envío de contenidos de tipo sexual o erótico a través de teléfonos móviles u otros dispositivos tecnológicos. A pesar de que para muchos es un término desconocido, la realidad demuestra que es un hábito que se encuentra enormemente extendido entre los adolescentes y que puede acarrear diversos riesgos.
Del alcance que el sexting tiene entre los jóvenes ourensanos, sus motivaciones y los peligros que conlleva este fenómeno, se ha ocupado ampliamente la investigación realizada por la ourensana Patricia Alonso Ruido, cuyo trabajo ha obtenido un premio extraordinario de doctorado de la Universidad de Vigo. Bajo el título Evaluación del fenómeno del sexting y de los riesgos emergentes de la Red en adolescentes de la provincia de Ourense, la muestra contó en su primera fase con la participación de 1.286 estudiantes de ESO y Bachillerato de toda la provincia, con una media de edad de 15,6 años. En una segunda etapa se trabajó con grupos de discusión en los que participaron 222 estudiantes, de los que 120 eran mujeres. En todos los casos se trataba de alumnos de centros de carácter público y laico.
Es el primer estudio de este tipo que se hace en España y las conclusiones no pueden ser más claras. «Prácticamente todos los adolescentes afirman que es una actividad muy frecuente entre la gente de su edad, especialmente el envío de fotografías erótico-sexuales», recoge el resumen del trabajo. Además, la investigación parece confirmar que los chicos son más propensos a enviar textos de contenido íntimo a través de dispositivos electrónicos, mientras que ellas suelen enviar imágenes. Las docentes ourensanas María Lameiras y Yolanda Castro han sido las directoras de la tesis, financiada por el proyecto Inou.
Educar en el uso responsable de las tecnologías y desarrollar más habilidades
Los resultados conseguidos por la investigación de Patricia Alonso ponen de manifiesto una realidad indiscutible, y es que los adolescentes practican sexting y eso les expone ante un serie de riesgos de los que pueden no ser conscientes. Por ese motivo, la investigadora considera que la solución no debe venir por un mayor control o freno de este tipo de prácticas, sino desde la educación. «Una educación en habilidades para la vida, que parta de la perspectiva de género como eje transversal y se apoye en tres pilares fundamentales: una adecuada educación sexual, un uso responsable de las tecnologías y espacios virtuales, y el desarrollo de las habilidades sociales e interpersonales». Cree que estas herramientas deberían ser los «elementos formativos claves para que los adolescentes encuentren en la esfera real y también en la virtual un espacio seguro, no se expongan a riesgos innecesarios y, si tienen dificultades, sepan pedir ayuda».
Para esta tarea es necesario implicar a toda la comunidad educativa y también a los padres, «para que de esta forma los adolescentes tengan una vida más segura, en la que se reduzcan los peligros y se fomente un adecuado desarrollo y bienestar psicológico, social, sexual y emocional, en el marco de relaciones más igualitarias y saludables», advierte la experta.