asta el verano del 2015 el Concello de Ourense pagaba la friolera de 400.000 euros al año a una agrupación cultural para que hiciera las veces de banda municipal. Era un precio que a simple vista parecía fuera de mercado. Se cansó, hay que reconocérselo, de pregonarlo en el salón de plenos (y hasta le costó una agresión en plena calle) Gonzalo Pérez Jácome. El tiempo le ha dado la razón. Tras dos intentonas el gobierno local no ha logrado fraguar la contratación de una banda municipal. Rebobinemos. El anterior gobierno del PSOE avanzó que era el momento de parar con la contratación a dedo y optar por un concurso público, algo que siempre es más saludable. El PP culminó ese camino, poco grato. En el primer intento, la agrupación que antes cobraba 400.000 euros y ahora lo iba a hacer por prácticamente la mitad no lograba acreditar la experiencia de sus músicos. El gobierno de Ourense no cayó en el desánimo. Segunda intentona. Tres aspirantes. La cosa pintaba bien, pero pronto comenzó a torcerse. Una de ellas no cumplía los requisitos técnicos, la segunda no presentaba la documentación cuando ya había ganado el concurso y la tercera ?la misma asociación de antaño? reconocía por escrito que carecía de solvencia económica. Y mientras, la ciudad sigue respirando y las fiestas en las que actuaba la banda no se resienten. Llegados a este punto nada que reprocharle al gobierno local en este caso. Solo una sugerencia, en el escenario de necesidades sociales mejor será guardarse ese dinero y pagar a precio real de mercado cuando se necesite a una banda.