Líderes provinciales ven «fundamental» que la Cámara de Comercio no cierre

Marta Vázquez Fernández
marta vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

MIGUEL VILLAR

El alcalde recuerda la importancia que tiene para defender el interés de la provincia

22 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La continuidad de la Cámara de Comercio de Ourense está en el aire. Después de varios ejercicios tratando de reducir los gastos, la falta de ingresos está asfixiando a una entidad que ha estado operativa en la provincia desde 1899. En estos momentos la institución ya no puede hacer frente al pago de las nóminas de los trabajadores, que llevan cuatro meses sin percibir sus salarios y no dispone ya de fondos para hacer frente a los gastos ordinarios, por lo que todas las esperanzas están depositadas en la venta de las propiedades que posee, que podrían aportar la liquidez necesaria para acometer una reestructuración de la entidad y, en su caso, seguir manteniendo su actividad.

Y mientras por parte de la administración gallega -se trata de una corporación de derecho público- no se ha producido pronunciamiento oficial alguno respecto a la situación que vive la Cámara ourensana, en la capital los representantes de las distintas instituciones recuerdan la importancia de que no desaparezca y lo imprescindibles que son los servicios que ofrece.

«É fundamental contar con institucións e organismos empresariais fortes e respaldados polo sector que contribúan ao progreso social e económico», afirmaba ayer mismo el alcalde de la capital ourensana, Jesús Vázquez, que recuerda el valor que tienen para el desarrollo empresarial y para el futuro de la provincia este tipo de organismos. «Deste xeito, fortalecerase o noso tecido empresarial e será quen de defender con firmeza os intereses do sector empresarial, da cidade e da provincia», advierte el regidor de la ciudad de As Burgas.

Desde la Diputación provincial, por su parte, recuerdan que siempre se ha mantenido una línea de apoyo a la Cámara de Comercio, y que ese respaldo se sigue manteniendo a día de hoy. «A Deputación estivo, está e estará sempre ao lado da Cámara de Comercio», afirma José Manuel Baltar, que resalta que «é un apoio que se ve anualmente nos orzamentos da institución». Sobre el futuro incierto al que se asoma la cámara ourensana, es optimista, y espera que se pueda encontrar una solución. «Esperemos que a entidade resolva a súa situación actual pero o que está claro e que dende o goberno provincial se prestou sempre a axuda e a colaboración que se nos demandou».

Desde las distintas entidades de carácter empresarial que están activas en la provincia llaman la atención sobre la gravedad de la situación. «Es una situación triste y difícil de asumir», asegura Lois Babarro, presidente de la Agrupación de Jóvenes Empresarios, AJE. Considera que «los colectivos empresariales debemos ser un ejemplo de unidad y buena gestión y creo que en este caso debemos hacer autocrítica para ver cómo hemos podido llegar a este punto».

Sobre el futuro, es claro al asegurar que hay que intentar garantizar la continuidad. «Creo que la Cámara de Comercio debe seguir existiendo y tenemos que hacer entre todos que sea viable, porque ofrece servicios que las empresas necesitamos. Es imprescindible que todos los empresarios estemos unidos y que tengamos altura de miras, y creo que eso es lo realmente complicado». Cree que «es lamentable lo que con todo este asunto estamos comunicando a la sociedad y creo que todos, yo incluido, debemos asumir que algo hemos hecho mal para llegar a esto». «Que cada uno haga la autocrítica que sea necesaria, pero vamos a ver si entre todos podemos evitar que la Cámara desaparezca», concluye.

Guillermo Díez, presidente del Colegio de Economistas, coincide también en la necesidad que tiene la provincia de que la institución siga operativa. «La desaparición de la Cámara de Comercio no es algo deseable, creo que se trata de una institución muy necesaria para el desarrollo empresarial y debe seguir prestando servicios», asegura Díez, que es optimista a la hora de analizar el futuro. «Espero que con estas medidas que han adoptado para enajenar los bienes puedan conseguir la liquidez que necesitan, porque sería una pena que se viese abocada a la desaparición, es muy conveniente que siga», dice.

La entidad dedicaba más de 800.000 euros a gastos de personal hace una década

Desde la supresión del pago obligatorio de las cuotas a las Cámaras de Comercio -una medida que se adoptó en el año 2010, cuando la crisis económica arreciaba y muchas empresas, sobre todo pymes y autónomos, estaban en contra de la obligatoriedad de abonar mensualmente una cantidad destinada al sostenimiento de estas entidades, fueran o no beneficiarias de sus servicios-, la situación financiera de estas instituciones se ha ido complicando. En la de Ourense el estado saneado en el que se encontraban las finanzas en aquellas fechas ha permitido aguantar siete años, pero a base de ajustes de personal y de reorganización de gastos, un panorama que nada tiene que ver con el día a día que se vivía antes de la controvertida ley.

Así, hace una década la institución cameral aprobaba presupuestos anuales cercanos a los 2,5 millones de euros. Por entonces se contabilizaban ingresos de casi dos millones, mientras que los gastos se estimaban en 1,7 millones. Uno de los más destacados era el capítulo de personal, en el que se invertían algo más de 800.000 euros.

El último presupuesto aprobado por la entidad, correspondiente al ejercicio del 2017, era apenas de un millón de euros, con unos ingresos muy reducidos respecto a los de antaño y unos gastos muy recortados. Pese a estas penurias, la institución ha seguido manteniendo los servicios que ofrece a las empresas, con numerosas iniciativas destinadas a la formación y a la mejora de los perfiles empresariales. En el último año, por ejemplo, un programa liderado por la entidad permitió que en la provincia de Ourense se pusiesen en marcha más de una veintena de empresas lideradas por mujeres. Es evidente que, si cierra, la provincia tiene mucho que perder.