A las dificultades meteorológicas del fin de semana se suma la sequía. En el pueblo de Lama, de Parada de Sil, hay una fuente que siempre tuvo un buen caudal de agua. Este año, sin embargo, «só trae un fío de nada», cuenta Manuel Bizarro, que pone fecha a la inesperada dificultad, pues, según le cuentan, «hai que volver atrás 72 anos para ver unha situación como esta». Por ello, no extraña mucho que a Juan Manuel Graña le hubieran pedido la máquina del purín para regar algunas zonas y dar un uso poco conocido a ese material tan poco agradecido. Él se dedica a retirar de las granjas de la zona el purín, es decir, el líquido formado por el orín de los animales y todo aquello que rezuma del estiércol. Todo hacía falta, le pidieron que echara una mano y él contribuyó a su manera, no se conformó y a su manera , quizás por ser el más joven, lideró una singular cuadrilla de cuatro vecinos que atacaba las llamas a uno y otro lado de la carretera que conduce desde Vilariño Frío a Parada de Sil. La aldea queda en la zona alta. Auga no sobra. Con los mismos batelumes suministrados por el Concello pugnaban con resignación contra el fuego. «Arderá, se non é agora, será despois», decía uno de ellos. Juan Manuel vive en Lama. Ramón Carballo, originario de la misma localidad, reside en Vigo, y aunque impresionado por las noticias que le llegaban desde la costa, prefirió quedarse atendiendo lo más cercado. Como Juan Carballo y Manuel Bizarro, los otros dos integrantes de la improvisada cuadrilla. Viven en Ourense.
Tres pensionistas
Siendo tres jubilados y un trabajador en activo, uno que vive en la aldea y los otros que acuden de visita, ofrecen un perfil que se repite en tantas y tantas comunidades, como la dolorosa actividad incendiaria se empeña en corroborar durante estas fechas.