Los concursos de acreedores caen ya a niveles anteriores a la crisis económica

Marta Vázquez Fernández
marta vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Miguel Villar

En el primer semestre del año cinco empresas se declararon insolventes en el juzgado

29 sep 2017 . Actualizado a las 14:02 h.

Los casos de empresas que recurren a la mediación judicial para superar sus problemas de insolvencia económica cada vez son menos en la provincia de Ourense. Este año, a lo largo del primer semestre, han sido cinco las firmas económicamente asfixiadas que han motivado la apertura de un procedimiento judicial por concurso de acreedores en el juzgado que se encarga de los asuntos mercantiles, una cifra que supone una fortísima reducción respecto a la del mismo período del año anterior. Así, entonces habían sido 19 las empresas envueltas en esa misma situación. Parece difícil que, vistos los números, la cifra final se acerque siquiera a la alcanzada el año pasado, con 31 casos abiertos en sede judicial.

El dato de este año sitúa la estadística de concursos de acreedores a niveles anteriores a la crisis económica y, de hecho, no se registraban números tan bajos desde el año 2007, cuando hubo cinco casos. A partir del año siguiente la cifra comenzó a repuntar, alcanzando los picos más altos entre los años 2013 y 2015, cuando se llegaron a alcanzar los 40 casos anuales. En esos momentos la recesión azotaba a la economía española y muchas empresas ourensanas, algunas de ellas de gran tamaño, recurrieron al juzgado para tratar de solventar sus problemas, si bien muy pocas lo lograron. Fueron centenares los empleos que se perdieron.

Sin embargo, los economistas no relacionan directamente la reducción de los concursos de acreedores que se está viviendo ahora con la mejora de la situación económica. «Que no haya concursos de acreedores no tiene por qué ser algo bueno», alerta Ángel Pascual, presidente de los administradores concursales de Ourense, que asegura que «en las empresas se producen muchos factores que llevan a situaciones complicadas, que se podrían solucionar si se echa mano de la ley concursal. Toda empresa pasa por baches. En Estados Unidos hay casos de negocios que han presentado cuatro concursos de acreedores y ahí están, mientras que aquí seguimos con porcentajes muy altos de liquidaciones». Cree Pascual que dentro de las empresas se trabaja en muchos casos con «inercias» que pueden llevar a una mala gestión económica y asegura que existe un gran desconocimiento del procedimiento, que bien utilizado podría permitir a las empresas superar un mal momento financiero.

Por contra, lo que ocurre actualmente es que las empresas piden mediación judicial cuando su situación es ya muy grave y eso provoca que menos del 25 % de los negocios que acuden al concurso logra superar el bache económico y mantener la actividad, de acuerdo con los datos que maneja el juzgado de primera instancia 4 de Ourense, encargado de ver estos casos. El resto terminan en disolución.

 Para ayudar a los negocios

Opina Pascual que el concurso de acreedores debería ser una herramienta que, bien utilizada, ayudase a las empresas a poder continuar con su actividad. «Sigue habiendo mucho miedo al concurso, no tenemos mentalidad concursal», advierte. Para apuntalar esta idea, Pascual echa mano de los datos de concursos que se registran en otros países. «En España se contabilizaron el año pasado 4.900 concursos de acreedores, mientras que en Francia hubo 49.000», advierte el experto, que valora esta situación. «Es cierto que el país vecino tiene más empresas que España, pero si comparamos ratios, resulta que seguimos siendo el país de la Unión Europea que menos concursos tiene, creo que algo falla».

Cree el experto que lo que ocurre en la provincia es reflejo del escaso tejido industrial que existe, si bien no descarta que pueda volver a registrarse un repunte a corto o medio plazo. «A Ourense llegaron los concursos tarde, se mantuvieron cuando estaban bajando en el resto de España y ahora que suben a nivel nacional, están bajando aquí», explica el economista, que reconoce de todos modos que, «como esta no es una provincia industrializada, no podemos vernos en espejos de nadie».

En Galicia, durante el primer semestre del año se han contabilizado 157 concursos de acreedores, un dato que supone una reducción del 17 % respecto al año pasado. Esta tendencia es opuesta a la del resto del territorio nacional, con un repunte del 7 % en este tipo de casos. En total, ha habido 2.857 concursos.

Construcción y comercio siguen siendo los sectores más afectados por la insolvencia

Durante los siete primeros meses del año, las comunidades donde se disolvieron más empresas fueron Madrid, con 4.122 (el 23,48% del total); Andalucía, con 3.733 (el 21,55%) y la Comunidad Valenciana, con 1.871 (el 10,66%). Galicia registró un descenso en este tipo de casos, evidenciando así una tendencia distinta a la general, aunque en lo que se aprecian similitudes respecto a la situación nacional es en las actividades económicas que se ven afectadas por los problemas de insolvencia. Así, en el caso de Ourense los más afectados volvieron a ser la construcción y los servicios inmobiliarios, así como el comercio, una situación extrapolable tanto al resto de Galicia como de España, donde también estos sectores protagonizan altos porcentajes de concursos de acreedores. Esta situación se prolonga desde hace varios años y, de hecho, en Ourense han sido muchas las empresas con esta actividad que se han declarado insolventes y han desaparecido desde el comienzo de la crisis.

 Proyectos con experiencia

En lo que respecta a la edad de los negocios afectados por la insolvencia, los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística evidencian que tener experiencia no siempre es sinónimo de éxito y supervivencia. Así, tres de las cuatro empresas que se han declarado insolventes este año tenían más de veinte años de antigüedad, mientras que la última era también veterana, con más de quince años en el mercado.

En cuanto al tamaño, todas las afectadas eran empresas de pequeño tamaño, las más frecuentes en la provincia. Una de ellas no tenía ningún empleado, mientras que otra tenía menos de cinco y dos más contaban con entre seis y nueve trabajadores, de acuerdo con el INE.