«Queremos evitar la frustración del menor por una adopción fallida»

Fina Ulloa
Fina ulloa OURENSE / LA VOZ

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La Fundación Meniños busca familias para niños con necesidades especiales

12 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La Xunta tutela en sus centros de menores a niños que, por su propia protección y bienestar, han sido separados de sus padres. Muchas de esas circunstancias son pasajeras y los menores acaban regresando con su familia biológica una vez solventado el problema que aconsejó su alejamiento. Para otros no existe esa posibilidad. Su futuro está en la adopción, pero encontrar un hogar interesado en convertirlos en un miembro más no es tarea sencilla en algunos casos y los menores suelen pasar años en estos centros sin posibilidad de crecer en un entorno familiar. Pensando en ellos la Xunta creó el programa de adopciones especiales. Los ourensanos tienen hoy una oportunidad para conocerlo a fondo en una charla que ofrecerá Olalla Castiñeira, técnica de la Fundación Meniños -entidad encargada de gestionar este servicio en Galicia- en el centro cívico de A Ponte a las 19,30 horas.

-¿Qué tipo de niños se integran en este programa?

-Son menores que viven en los centros de la Xunta tienen más dificultades para encontrar familias de adopción por sus característica; como pueden ser los que ya pasan de los ocho años, adolescentes, grupos de hermanos o aquellos que tienen alguna discapacidad o enfermedad. Son niños que por esas casuísticas, que son muy diversas, se van quedando atrás en la adopción tradicional.

-¿Hay muchos menores en el programa?

-Fluctúa bastante, pero en general este no es un programa de grandes cifras. Ahora mismo, por ejemplo, hay ocho en espera.

-¿Hay diferencias en el proceso de adopción?

-Hay algunas variaciones. El programa forma parte del plan de Adopción Nacional y por tanto los trámites al principio son exactamente los mismos. Se inician, en este caso, a través de la Xunta y en ese momento es cuando les deben informar de que existe este programa de adopciones especiales. Aquí la asignación no funciona por una lista. No se trata de que te apuntas y va por orden de llegada. Trabajamos con niños con unas necesidades muy concretas y buscamos la familia que tiene un ofrecimiento acorde con esas necesidades. Si no, sería un desastre; especialmente para el menor, que es lo que más nos preocupa. Vamos delimitando mucho hasta donde se ven dispuestos a llegar, con entrevistas y trabajando con la familia antes de que el niño sepa que hay esa posibilidad y de presentarle a los posibles adoptantes.

-¿Cuál es el objetivo?

-Queremos sobre todo evitar la frustración del menor por una adopción fallida. Afortunadamente nosotros en estos años no hemos tenido casi ninguna. Hay que tener en cuenta que estos son niños que ya tienen años como para ser conscientes de su realidad, y ya han sufrido lo suyo en la vida como para sentir un nuevo rechazo por no haber sabido nosotros calibrar bien su encaje en un hogar concreto.

-Dentro de esas circunstancias especiales ¿dónde encuentran las mayores dificultades?

-Generalmente los niños que tienen discapacidades o problemas de salud suelen tener más dificultades para encontrar familia. Aunque al principio mucha gente te dice que puede con lo que sea, y que es lo mismo que cuando tienes un hijo biológico y surge cualquier problema, lo cierto es que cuando rascas un poco, no suele ser así. La realidad es que dentro del mismo programa es más sencillo encontrar el hogar idóneo para un chico que se está haciendo mayor que para un niño con autismo, por ejemplo.

-¿Se hace un seguimiento especial postadopción con ellos?

-Sí. Es uno de los aspectos fuertes del programa, junto con la selección de las familias. El acompañamiento mínimo es de dos años, aunque en la práctica suele ser más y tenemos casos de familias que llevan con nosotros hasta cinco años. Les hace sentirse más seguras. No es un acompañamiento burocrático, sino real, con visitas periódicas y apoyándoles en todo lo que necesitan. Trabajamos tanto con la familia, incluso dándoles formación en aspectos concretos, como con el menor, para ayudarle a situar esa nueva realidad en su historia de vida que muchos recuerdan perfectamente por su edad.