El conflicto por la custodia de un menor resta credibilidad a una acusación de violencia de género

Entre contradicciones, diferencias entre los distintos testigos y la falta de detalle sobre algunos aspectos de la acusación, la jueza no ha visto elementos suficientemente sólidos para condenar a un imputado por violencia de género. En la sentencia absolutoria se pondera, además, la «importante situación de conflicto familiar entre ambas partes, motivada por el tema de la custodia de la menor, pues, al margen de si se ha presentado o no por el acusado demanda de modificación de medidas, la denunciante admitió que si bien no tiene objeción a que el acusado vea a su hijo, en modo alguno aceptaría una custodia compartida».

La exculpación del acusado coincide con la petición del ministerio fiscal. La denunciante, sin embargo, le imputaba dos delitos de malos tratos y uno más de amenazas, por los que pedía penas que sumaban cuatro años de cárcel, aparte de tres órdenes de alejamiento, una de dos años y dos más de cinco años cada una.

Atribuía la denunciante al acusado una primera agresión, consistente en un golpe en la barriga cuando iban a contratar el banquete de boda en noviembre del 2013. También sostiene que agredió a su suegra y la tiró el suelo, mofándose de ella al calificarla de cegata.

No convence a la jueza, como deja claro en la sentencia, la explicación de la presunta víctima, que denunció los supuestos hechos tiempo después de ocurrir. Lo haría, dijo, porque un policía amigo le dijo que no tenía nada que hacer. «No se concibe que una persona que se dedica de manera profesional a la prevención y lucha contra la comisión de delitos pueda sostener, de forma racional, que uno no tenga nada que hacer contra una amenaza tan seria como que van a contratar un sicario para que la maten», dice en la sentencia.

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