El Seminario rompe estereotipos

mar gil OURENSE

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Apuesta por la innovación educativa para atraer a todo tipo de alumnos

23 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Con la única salvedad -«de momento»- de las mujeres, el Seminario Menor A Inmaculada abre sus puertas, con vistas a la matriculación del próximo curso, a todo tipo de alumnos. Lo hace tratando de romper tabúes y estereotipos del pasado y ofreciendo una propuesta educativa basada en la educación y en los valores éticos. La religión católica está en su ADN, por supuesto, pero aseguran los responsables del centro que crear vocaciones sacerdotales no es el objetivo.

La meta, dicen, es crear personas con valores que puedan ser buenos padres y buenos ciudadanos. Personas que sean felices cursando ESO o Bachillerato en el Seminario y disfrutando de un enfoque didáctico más próximo al siglo XXI que a los recuerdos del pasado.

El Seminario ha cambiado porque también lo ha hecho la sociedad, expone Lois Babarro, director técnico de un centro que aspira a ser visto con ojos actuales, como un instituto más para cursar Secundaria y Bachillerato. «Educando en valores, generando actitudes» es el lema con el que quieren abrirse a la sociedad ourensana desde unas instalaciones que han sido remozadas y que ofrecen servicios complementarios en lo educativo y en lo personal. Para atraer alumnos -aun descartando la competitividad con nadie, recalca el rector, Segundo Fernández Movilla-, el Seminario Menor A Inmaculada ha apostado por la innovación a través de un claustro de profesores joven y un proyecto, IBE, que está cosechando éxitos y reconocimientos, apunta Babarro.

El autoaprendizaje, la investigación, la individualización y la formación en valores están en la base de un proyecto que quiere romper para subirse al tren del futuro educativo. Como centro educativo, asegura Babarro, «hemos hecho autocrítica».

«Queremos ser referentes sin perder la identidad de nuestros valores cristianos»

En el Seminario Menor A Inmaculada estudian este curso 85 alumnos de Enseñanza Secundaria Obligatoria y Bachillerato. No son las cifras de hace décadas -en 1998, sin ir más lejos, rondaban los 120-, pero sí han empezado a remontar unos números de matrícula que invitaban al pesimismo.

El centro ha roto con la obligatoriedad del internado y es en la oferta de enseñanza externa donde se están registrando las nuevas incorporaciones. El porcentaje final de sacerdotes que salen de sus aulas no llega al 1%, apunta el rector para satisfacer a los curiosos.

Como centro privado, aunque con ayudas del Obispado y también del Estado a través de los acuerdos generales con la Iglesia católica, las familias pagan una mensualidad: 395 euros en el caso de los internos y 195, los externos. Para el próximo curso disponen de una bolsa de becas de 30.000 euros.