Ourense registró una media de cuatro movilizaciones por semana

Maite Rodríguez Vázquez
maite rodríguez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Santi M. Amil

El número de concentraciones se redujo en el 2016, pero dobla las de hace diez años

14 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Las protestas ejercidas en manifestaciones en la vía pública bajaron el año pasado en Ourense. Hubo 241 movilizaciones en el 2016 en la provincia (170 en la capital), siete menos que en el 2015. Son un número superior a las menos de 200 que solía haber hasta el 2012. Entre ese año y el 2014 hubo más de 300 manifestaciones y concentraciones cada año. En el 2012, con la aprobación de la reforma laboral y el movimiento «indignado» en auge hubo 364; al año siguiente se alcanzó el tope de la década, con 461 protestas en la calle y en el 2014 todavía hubo 421. Desde el año pasado el número de concentraciones se redujo casi a la mitad. El año pasado, según los datos proporcionados por la Subdelegación del Gobierno, no hubo ninguna concentración ligada a los movimientos que tuvieron su auge en esos años como el 15M o Democracia real ya. Pero tampoco contra el terrorismo, las barreras arquitectónicas o las obras del AVE.

Lo que más sacó a la calle a protestar a los ourensanos el año pasado fueron los asuntos laborales. De las 215 manifestaciones comunicadas a la Subdelegación, 108 tenían esta motivación. Uno de los grupos que más se concentró el año pasado fue el de las trabajadoras de Linorsa, encargada de la limpieza de los colegios públicos de Ourense. Dora Maceiro, vocal del comité de empresa, recuerda que se manifestaban un par de veces por semana. «Eran movilizaciones primero contra Linorsa porque no nos pagaba y luego contra el Concello por no buscar una alternativa y no coger otra empresa», explica. Otra manifestación, de largo recorrido, fue la convocada por la Mesa Intersindical de Bombeiros de Galicia, que discurrió desde el parque del campo de la feria hasta la Diputación provincial para reclamar una gestión pública conjunta de este servicio de emergencias para toda la provincia. A las reivindicaciones laborales habría que sumar las tres manifestaciones que, por separado, celebraron una vez más las tres principales centrales sindicales el Primero de Mayo.

La oposición a la LOMCE fue otra de las cuestiones que motivaron más protestas el año pasado. Once fueron las manifestaciones comunicadas a la Subdelegación por asuntos relativos a la enseñanza el año pasado. Además, se celebró un concentración de la que no se avisó previamente. De las 241 manifestaciones y concentraciones celebradas el año pasado, 215 fueron comunicadas y 26 no hicieron este trámite ante la Subdelegación. Dos fueron prohibidas y una modificada.

El segundo epígrafe en importancia de las concentraciones celebradas el año pasado tuvo que ver con medidas políticas o legislativas. La plataforma que reivindica la construcción de un centro de discapacitados para mayores de 21 años, Procapd, celebró este mes una de las marchas más populosas, con cerca de un millar de personas. El año pasado celebraron varias concentraciones y recogidas de firmas. «Todo suma para hacer más sensible a la población y hacer más fuerza ante la Xunta», explica la portavoz del colectivo, Elena Domínguez.

Fuentes de la Subdelegación explicaron que, al ser el ejercicio del derecho fundamental de reunión, su práctica solo requiere la comunicación -entre diez y treinta días antes de celebrarla- por cuestiones de organización del espacio y para que no conculque los derechos de los ciudadanos. No hubo incidentes ni expedientes sancionadores el año pasado.

«Si la cosa se pone fea, volveremos a manifestarnos», dice la vocal del comité de Linorsa

En cuanto a si las movilizaciones consiguieron el objetivo deseado, en el caso de Linorsa, no fue demasiado útil. «No sirvió porque la empresa está en concurso de acreedores y en liquidación. No sabemos si el Concello tiene otra». Al menos, desde que entraron en la administración concursal sí cobran su salario. «Si la cosa se nos pone fea volveremos a manifestarnos», expresa la representante del comité de empresa, que esta semana tiene una reunión con el alcalde de Ourense. Salir a la calle «ayuda a que se conozca el caso y que se preocupen más de ello que si estamos callados», matiza Maceiro. El año pasado casi todo el personal de limpieza de colegios, cerca de 50 personas, participaba en las movilizaciones, recuerda.

Elena Domínguez, de la Plataforma Procapd, cree que es «muy importante» movilizarse. «La gente se conciencia del problema. Una manifestación con tanta gente creo que no es muy habitual», valora sobre la marcha del pasado día 2. Domínguez cree que van a «tener que seguir» porque llevan tiempo con promesas no concretadas desde la administración acerca del centro que reivindican.

Otros temas sociales que tuvieron eco en la calle fueron las convocatorias sobre asuntos relacionados con la ecología como las celebradas contra los incendios o la política forestal; también hubo diez reuniones contra la violencia de género (seis no comunicadas y cuatro sí) o cinco relativas a asuntos vecinales. La sanidad o el «no a la guerra» también sacaron a la calle a los ourensanos al menos en un par de ocasiones.