«Ser el primero crea mucha presión»

Fina Ulloa
Fina Ulloa OURENSE / LA VOZ

OURENSE

MIGUEL VILLAR

Fue pionero en Galicia en aplicar una nueva técnica para operaciones de columna

07 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Julián Castro ha convertido al CHUO en el primer hospital gallego -y uno de los primeros de España- en aplicar la técnica Olif, un proceso de abordaje quirúrgico mínimamente invasivo, para intervenciones de columna vertebral. En el hospital ourensano este tipo de operaciones las asumen los profesionales del servicio de Neurocirugía y suponen entre el 60 y el 70 % del total de su actividad quirúrgica, con una media anual que supera los doscientos casos.

-¿Qué diferencia esta técnica de lo que se hacía hasta ahora?

-Básicamente está en el abordaje de la cirugía, que se realiza por el lateral en lugar de la entrada por la parte posterior de la espalda, que es lo habitual para patología lumbar. El abordaje lateral no es en sí una novedad. Lo usan los urólogos para patologías de riñón o para enfermedades de peritoneo, por ejemplo. También se utilizaba hace años para algunas operaciones muy concretas de columna, como la tuberculosis de columna, que se limitaban a quitar el pus. Pero las incisiones eran muy grandes y para las técnicas que se realizan en la actualidad no se había utilizado.

-¿Por qué ahora sí?

-Porque se ha avanzado mucho técnicamente. Por un lado se ha conseguido transformar ese método de abordaje antiguo en algo mucho más pequeño, menos invasivo; y por otro ya hay material específico diseñado para ello, como separadores especiales en tubo, algunos de 20 centímetros de largo y con una microfuente de luz especial. Eso nos permite que, con ese pequeño corte de tres centímetros que se le hace al paciente, podamos llegar al lugar concreto en el que queremos intervenir y operar hernias de disco, desplazamientos laterales, poner prótesis...

-¿Qué ventajas tiene?

-El paciente va a tener un posoperatorio mejor y estará menos tiempo ingresado. En la cirugía clásica hay que cortar todos los músculos posteriores, los que nos mantienen de pie y que nosotros llamamos la faja lumbar. Eso supone que el paciente, cuando intenta ponerse de pie en el posoperatorio, va a tener bastante dolor. Necesita estar más días ingresado y tomar más medicación. En la técnica Olif cortas pared abdominal en la que los músculos son mucho más finos y no tienen tanta fuerza. Generalmente a los dos días se pueden ir a casa.

-¿Cómo surge la oportunidad de implantarla en el CHUO?

-En realidad la técnica lleva ya diez años funcionando en otras partes del mundo. Comenzó en Estados Unidos y todos sabíamos que existía porque lo vas viendo en revistas científicas y publicaciones médicas. En el 2013 decidimos intentarlo y aprenderla, pero desde que te planteas algo así hasta que eres capaz de hacerlo pasa un tiempo. Primero buscamos centros de España donde se hacía, que son pocos, y finalmente fuimos al hospital de Valdecilla, en Santander. Allí tienen una unidad de columna muy potente que es referente nacional. Pero después de aprender es necesario hacer un curso y practicar, lógicamente, en cadáveres. Esa fase yo la hice en Holanda y de regreso aún fuimos a ver algún caso real más a Valencia con un cirujano alemán.

-¿Cuándo se intervino al primer paciente?

-El primero fue en 2015. Cuando pones en marcha una nueva técnica en un hospital la tensión es mucha. Ser el primero te crea mucha presión porque sabes que no vas a tener a tu lado a otro profesional más veterano que en un momento dado te saque de una duda o un apuro. Por eso siempre intentas empezar con un paciente, entre comillas, fácil; sin otras complicaciones añadidas y fisiológicamente bien hecho, por decirlo de algún modo. Ahora llevamos ocho pacientes y hay otros tres en lista de espera.

-No parecen muchos.

-Cuando comienzas con una técnica no conviene hacer muchas de repente. Lo más razonable es que la implantación sea progresiva porque hay que valorar que realmente compensa y que el resultado sea mejor que en la técnica que hacías antes, pero además hay que esperar a ver cómo van evolucionando los pacientes. En los casos de columna, comprobar que realmente el resultado final es bueno y que el paciente va bien puede llevar entre tres y seis meses. Hasta ahora, afortunadamente la evolución de los que hemos hecho es buena.