Embajadores en bicicleta de montaña

Luis Manuel Rodríguez González
luis m. rodríguez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

santi m. amil

Los deportistas del Dúas Rodas representarán a Ourense en la Madrid-Lisboa

01 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La Madrid - Lisboa es, a día de hoy, una de las citas más destacabas del panorama mundial de la bicicleta de montaña y, desde ayer, dos embajadores de Ourense llevarán el nombre de la provincia en una competición que realizarán por relevos y sin pausa, ya que cuando uno de ellos se apee será su compañero el que mantenga al equipo en liza.

Se trata de José Antonio Saínza y Francisco Gil, parte del equipo de competición del veterano Clube Dúas Rodas, que también se ha unido con otros patrocinadores como Ozona Ciclosport para poner en liza a otros dos dúos, el que integran Marcos Paredes y Borja Ferro, además del formado por Bernardo Fernández y José Blanco.

Gil es el más experimentado de todos ellos, puesto que ha participado en las tres ediciones anteriores, dentro de equipos de dos, tres y hasta cuatro ciclistas. Por eso tiene una idea muy clara de la competición a la que se enfrenta: «Hay un gran ambiente y una dureza tremenda, cuando sales de Madrid sabes que va a tocar sufrir, pero para eso estamos entrenándonos todo el año. Ya hemos hecho muchas rutas partiendo de Ourense casi a media noche para terminar al día siguiente en Portugal».

Y, de hecho, no son más que ensayos, porque la cita de este fin de semana ni siquiera les dará tiempo a dormir en durante casi dos días completos, como detalla el propio Francisco: «Desde la salida, cada equipo debe recorrer los más de 770 kilómetros de la ruta en un tiempo máximo de 55 horas, en las estaciones de hidratación realizamos el relevo y el que se baja solo tiene algunas pocas horas para descansar, ducharse o alimentarse, a la vez que nos desplazamos hacia el lugar donde volveremos a montarnos en la bici, así que lo de dormir es imposible».

Aunque a la hora de la verdad cada pareja tendrá que arreglárselas para llegar a la meta en el menor tiempo posible, lo cierto es que un club como el Dúas Rodas, con más de dos décadas de actividad en Ourense, evidencia una vocación bastante acentuada. Antonio Piñeiro, director deportivo de la entidad lo asume con naturalidad: «Yo mismo participé el año pasado y hoy tengo una envidia sana, pero todos nos ayudamos para afrontar una prueba tan dura. La veteranía de Gil es importante y, aunque él y José Antonio correrán en la categoría de embajadores, gracias al apoyo de Concello y Diputación, los demás en la formación del club y en la colaboración con Ozona también estarán pendientes y con la ilusión de entrar todos juntos en la meta de Lisboa, porque la gran satisfacción será la de acabar».

Con todo, el reto es exigente y en medio de un espectacular ambiente, los participantes también se plantean sus objetivos personales. Saínza y Gil lo tienen claro: «Es una carrera muy complicada y dependes mucho de la suerte, porque en las estaciones es en el único punto en que podemos pararnos y es por el tiempo que tardemos en cambiarnos el chip y hacer el relevo. porque si se detecta en el GPS que nos hemos detenido, podemos ser excluidos. Si hay algún problema que nos obliga a parar, lo comunicamos por teléfono y no se puede recibir ninguna asistencia. Si hay alguna avería debemos repararla nosotros mismos».

Es un auténtico «Non Stop», como refleja la nomenclatura de la carrera. Al margen de eso, formar parte de un pelotón de más de 800 ciclistas, seguido por una hilera interminable de autocaravanas, hace que la comitiva de la Madrid Lisboa no pase desapercibida en ninguno de los puntos neurálgicos de su itinerario. A los embajadores no les faltará la referencia a Ourense Termal en sus maillots y toda una provincia verá reflejado su talante deportivo en una de las aventuras más llamativas del mundo de la bici de montaña. No podía ser menos.

Desafío. La carrera en bicicleta de montaña partió ayer de Las Rozas y finalizará el domingo en el Parque das Naçoes lisboeta.

Equipo. Los equipos del Dúas Rodas confían en cruzar juntos la meta final, si bien Gil y Saínza se han fijado un exigente crono en torno a las 42 horas.