«A veces me siento un poco ATS más que un simple conductor»

OURENSE

santi m. amil

El exprofesional Serafín Martínez pasó de dar pedales a encargarse del coche médico a lo largo de diez ediciones

19 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Serafín Martínez Acevedo (O Rosal, 1984) fue una de esas jóvenes figuras del ciclismo gallego que se vieron beneficiadas por la época de bonanza del Karpin Galicia, después reconvertido en Xacobeo para despuntar en el panorama intercontinental.

En la ola de ese proyecto, el que fuera gran promesa del ciclocross -bronce nacional en la categoría prejuvenil-, llegó a disputar cuatro Vueltas a España, recién llegado al profesionalismo tras otro podio estatal de ciclismo en ruta, aún como sub 23. Las lesiones y la desaparición del equipo de Serafín complicaron su continuidad en el pelotón europeo, pero el gallego nunca se alejó del mundillo y aprovechó una oportunidad de seguir ligado a la ronda hispana: «Buscaban a alguien que se supiese mover por el pelotón para conducir uno de los coches de invitados. Preferían exciclistas para que les explicaran la situación de la carrera y al mismo tiempo supieran hasta donde podían situarse sin entorpecer a las motos y a los deportistas».

Martínez repitió esa misión al año siguiente y poco después llegó la opción de hacerse cargo de uno de los coches médicos: «Ya completé diez vueltas, las cuatro como corredor, dos con el vehículo VIP y otras cuatro con el médico. La de este año será la undécima». Aunque ya se lo imaginaba, el miñotarra que inició su carrera en las categorías de base del Club Ciclista Ponteareas, pudo comprobar junto a los galenos que la concentración en pleno esfuerzo es máxima: «A veces se pegaba al coche algún compañero y yo le preguntaba por sus problemas físicos y ni me conocían, es algo que nos pasa a todos, cuando están en una prueba como La Vuelta solo piensas en dar pedal y dar lo máximo de ti en la carrera. Desde que voy en el coche, las sensaciones ya son distintas, te fijas en todo lo que hay alrededor y, en mi caso, hasta disfrutas, porque mi posición es la mejor para observar la prueba».

Y es que el gallego guía uno de los tres automóviles de asistencia médica, siempre detrás del pelotón principal, para un rápido acceso a cualquier contingencia. Viajan otros dos, de los cuales uno suele adelantarse y el otro se queda a cola de la caravana, por si hay algún descolgado. El ya experimentado chófer tiene claro que «debes andar con veinte ojos, sobre todo extremar la concentración en los momentos de transición de la carrera, porque siempre puede haber alguna caída y debes evitar frenazos bruscos o hacer daño a los ciclistas con el vehículo».

Su experiencia en ruta también le sirve para ayudar a los equipos médicos en los primeros auxilios y para reconocer gestos de los propios lesionados: «A veces me siento un poco ATS, más que un simple conductor, sobre todo cuando son varios los heridos y es necesario actuar rápido para ayudarlos, pero los que son auténticos fenómenos son los médicos. Ya coincidí con varios a lo largo de estos años y son profesionales de gran valía».

Aunque Martínez Acevedo disfruta en el engranaje de una prueba del calado de La Vuelta, reconoce en todo caso que volvería sin dudarlo a su etapa de ciclista: «Se sufría mucho en algunas etapas y terminar una carrera como esta siempre es duro, pero no lo duraría, si hubiera podido correr la quinta o la séptima o las que fueran, no las cambiaría nunca por ir en el coche». Para su satisfacción personal quedan aquellos días en los que además lució el maillot de líder de la montaña.