Masakazu Shida: «El barro tiene su propio idioma»

xosé manoel rodríguez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Masakazu Shida trabaja el barro en la escuela de artes y oficios ourensana.
Masakazu Shida trabaja el barro en la escuela de artes y oficios ourensana. miguel villar

Diseñador de moda, el japonés cursa estudios artísticos en el centro provincial

12 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Masakazu Shida es un ourensano nacido en Japón. O un japonés de Osaka que transmutó en gallego de Ourense. Los compromisos profesionales le trajeron a la ciudad en el año 2007, y desde entonces ha estado vinculado a la misma, con alguna ausencia por su etapa en Vigo. Lleva perfectamente la cuenta: «En Ourense he vivido durante cinco años».

Desembarcó en la ciudad para trabajar en el sector de la moda. Estuvo, se fue, regresó a su antigua empresa y se desvinculó del proyecto. Aunque se define como un desempleado desde el punto de vista profesional, «en estos momentos soy un parado», sus inquietudes y su capacidad creativa siguen intactas mientras camina por el sector de los accesorios, lo que le aporta la libertad necesaria para desarrollar su trabajo a un ritmo diferente. También colabora como diseñador gráfico en algunos proyectos de moda.

En esta nueva etapa apostó por cumplir una vieja ilusión: ser ceramista. A lo largo de su carrera profesional fue realizando incursiones en el mundo del arte «con esculturas, pinturas o diseños gráficos que usaba para mi trabajo» y el barro siempre aparecía como la asignatura pendiente. «En principio poder asistir a clases no era compatible con mi horario profesional y, además, desconocía todo lo relativo a dónde podía hacerlo. Cuando me enteré de que se podía asistir a clases de cerámica en la Escola de Artes da Deputación de Ourense corrí todo lo que pude para matricularme cuanto antes», recuerda Masakazu Shida. En estos años ha ido conociendo artistas y reconoce que, entre otros, Acisclo Manzano y su hijo Acisclo Novo le han ayudado y orientado. También participó en el proyecto Andante, la propuesta de crear obras de arte tomando como punto de partida hormas de zapatos.

En su primer año en la escuela, Shida se ha fijado como meta tratar de descubrir los secretos del torno e iniciarse en el universo del barro y de la cerámica. Pasa horas en estas lides antes de asistir a su clase diaria en el centro de formación y tiene muy clara su meta: «Practico antes de las clases porque deseo controlar mi técnica para manejar la cerámica. El barro tiene vida, cuenta con su manera de ser y su carácter. Cada material tiene sus características y el barro tiene su propio idioma. Por eso mismo trabajo todas las horas que puedo con el torno y con el material porque quiero crear mi propio idioma para comunicarme con el barro y sacar de él las formas que deseo crear». Asume que la tarea no es fácil y que le queda mucho por aprender, pero le sobra decisión: «Me falta la fuerza para controlarlo, pero sé que conseguiré hacerlo».

Reconoce el artista japonés que tiene pocas referencias de lo que se hace en cerámica en Galicia; algo sabe de la existencia de la tradición de Gundivós y se declara entusiasta del proyecto de Sargadelos -«de las piezas y las creaciones que hace, no de las vajillas. No por nada, por ser un apartado que no me llama la atención»-.

La certeza que tiene sobre su pasión por la cerámica contrasta con las dudas sobre su proceso formativo: «Aquí estoy bien y me gusta lo que hago, aunque por lo que me dijeron en Vigo hay una escuela de artes y puedo cursar cerámica artística y otras especialidades. No sé que haré en el futuro, pero en Ourense me encuentro muy a gusto».

Caminos de peregrinación

Como alumno de la Escola de Artes da Deputación de Ourense, Masakazu Shida participa en la exposición que se inaugura esta tarde en el Simeón. Para la ocasión ha creado una pieza que tiene su origen en los caminos de peregrinación de Compostela y Japón. «Es una obra que nace de la referencias a elementos comunes que usan los peregrinos, tanto aquí en Galicia como en los caminos de mi país».