Ourense tendrá un centro con 48 plazas para adultos discapacitados

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La plataforma entregó ayer mismo cerca de 50.000 firmas reclamando este servicio.
La plataforma entregó ayer mismo cerca de 50.000 firmas reclamando este servicio. andrea estévez

La Consellería de Política Social informó a los padres que será de gestión pública

28 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Ourense podrá disponer de un centro de atención para personas con discapacidad (CAPD) en 2017. Al menos esas son las previsiones que maneja la Consellería de Política Social, cuyo titular trasladó ayer a los representantes de los padres del Centro de Educación Especial de Velle los pormenores de este proyecto asistencial que permitirá que los actuales alumnos tengan un lugar adecuado a sus condiciones para seguir recibiendo asistencia más allá de los 21 años.

El centro, que tendrá gestión pública como solicitaban los padres, estará ubicado en Mariñamansa y ocupará una superficie de 15.500 metros cuadrados. La instalación suma 48 plazas iniciales -entre residenciales, centro de día y centro ocupacional- con posibilidad de ampliaciones. Por el momento esa cifra, entiende la Consellería de Política Social, es suficiente ya que este año saldrán cinco alumnos del centro educativo de Velle y hasta el 2020 un total de 14 cumplirán la edad límite. Eso deja margen, según los cálculos de la administración, para acoger también a las personas que actualmente viven en otras residencias no especializadas en el colectivo -como las de ancianos- y facilitar el regreso de los que estaban siendo atendidos en los CAPD ubicados en otras provincias. El plan presentado ayer a los padres contempla una plantilla de 37 trabajadores para esas plazas iniciales y un presupuesto de funcionamiento de 1,3 millones de euros.

Hasta el momento la opción eran las residencias de mayores o ir fuera de la provincia

Ourense es la única provincia gallega que no dispone de un centro público especializado en la atención de estas personas con discapacidad que, al cumplir los 21 años, planteaban una decisión trascendental a sus familias; sobre todo en los casos de gravemente afectados. Las opciones eran quedarse en sus casas mientras sus padres o familiares cercanos tuvieran capacidad para poder atenderlos; o ingresar como dependientes en una residencia geriátrica. Los padres siempre reclamaron que ese no era el lugar ni el ambiente idóneo para que un adulto joven pasase su vida. La tercera opción era lograr una plaza en uno de los tres centros especializados que existen en el resto de las provincias gallegas. Pero esa situación suponía una separación inevitable de los padres que tenían que desplazarse para visitarlos o esperar a los dos traslados mensuales fijados en el transporte desde los propios centros a sus lugares de origen.

Una demanda que se reactivó en cuatro meses

La entrada en una plataforma de recogida de firmas por Internet dio visibilidad a principios de febrero a la lucha de los padres de alumnos del Centro de Educación Especial Miño, de Velle, para tener un centro para la atención de sus hijos más allá de los 21 años. Pero ellos ya llevaban más de dos meses tocando puertas -desde la de la Consellería de Educación a la del Concello, pasando por la de la delegación de la Xunta en Ourense- para buscar apoyo institucional. Hasta entonces los resultados eran más bien escasos. Durante las siguientes semanas diversos colectivos, fundamentalmente sindicatos y partidos políticos, pero también instituciones, mostraron su apoyo a la petición y sirvieron de altavoz. De ahí surgió una plataforma ciudadana. A finales de marzo los padres conseguían la primera reunión con el conselleiro de Política Social. José Manuel Rey Varela ya les avanzó entonces la ubicación ahora planteada y habló de plazas residenciales y para el centro de día. Los padres regresaron con la promesa del titular de ese departamento de la Xunta de que volvería a citarles en un mes, tiempo necesario, según les dijo, para evaluar y estudiar las distintas posibilidades para encontrar una solución a sus demandas. Los padres volvieron, tal y como expresaron en una asamblea abierta, con cierta desconfianza sobre el resultado final. Su principal preocupación estaba en el tipo de gestión que tendría el centro, ya que ellos siempre dejaron claro que querían que fuese pública y que no aceptarían una solución de un centro público con gestión privada. La plataforma decidió entonces iniciar una campaña de captación de firmas a pie de calle y lograron reunir más de 42.200, a las que sumaron las 7.148 que habían obtenido con anterioridad a través de la plataforma virtual. «Hubiéramos conseguido más porque íbamos a recoger todavía hasta el viernes y a algunas no les dio tiempo a llegar, pero como nos llamaron el martes para convocarnos para la reunión con el conselleiro esta tarde (por ayer miércoles), decidimos entregarlas ya», explicó el presidente del la asociación de padres de alumnos del centro de Velle, Pedro Rodríguez.