En un entorno de normalidad, como no es el caso, alguien del gobierno local se habría percatado de que la página web institucional del Concello de Ourense igual debería actualizarse de vez en cuando. O tal vez la oposición, en su papel vigilante, hubiera aprovechado para afear un aparente signo de abandono, más llamativo, si cabe, en contraste con la actividad que el alcalde y sus concejales despliegan en Facebook y en Twitter. Pero no.
Ahí sigue, luciendo como si tal cosa, el compromiso contra la morosidad, de tal manera que el Concello de Ourense garantiza los pagos a proveedores en sesenta días. Agustín Fernández, el anterior alcalde socialista, era concejal responsable del área de economía cuando aquello. El verano pasado dejó la corporación, pero ahí sigue el compromiso. Que era una exigencia legal, dicho sea de paso.
En el periódico del martes se publicó en este periódico una noticia titulada «un centenar de concellos, cinco mancomunidades y la Diputación de Lugo incumplen la ley que fija el pago de las facturas en treinta días». Un mes, oiga, que es un mes. Pero aquí, más chulos que un ocho, nos comprometemos con dos.
Ocurre además que Ourense no está en la relación de morosos. Incluso resulta que es de los ayuntamientos que cumple la norma a rajatabla y a tiempo. Vamos, que hasta sería para sacar pecho, pero no. Sesenta días.
¿De qué va esto? ¿Será un reconocimiento a Agustín Fernández? ¿Esconderá algún mensaje? ¿Lo harán por si en algún momento se produce un retraso, en previsión de que resulte creíble una carita en plan ?¿en serio que no son sesenta?? ¿O pura desidia?