En esta hoguera de las vanidades que es el Ourense oficial, lo que priva es figurar, aparentar y tener un minuto de gloria en una red social, un periódico o una televisión. Estos siete días que terminan nos dejaron, según narró La Voz, ejemplos deportivos de esta vanidad. Tanto en la lucha por subir a la ACB más allá de viabilidades económicas como en el anuncio de que Ourense acogerá la salida de la próxima Vuelta de ciclismo. Semeja que lo importante es intentar demostrar, siendo una provincia en constante regresión, que nos codeamos con las más ricas de España. Los gobernantes no tuvieron empacho en avalar 3 millones de euros (¡500 millones de las antiguas pesetas!) con el dinero de todos para que el COB pudiese jugar en la ACB. Y lo hacen dos instituciones, Diputación y Concello de Ourense, que han decidido destinar 900.000 y 105.000 euros respectivamente, al fomento del empleo. Y la primera 398.367 euros para «clubs e escolas deportivas na provincia». En el campeonato de Europa de baloncesto, una realidad se ha puesto delante de quienes la quieran ver. Compitiendo de tú a tú con España, Italia, Alemania y Turquía estuvo un país, Islandia, que tiene similar población que Ourense (331.000 islandeses por 322.293 ourensanos). ¿Por qué ese pequeño país compite con jugadores nativos en la élite del baloncesto europeo y el COB se nutre en su totalidad de deportistas foráneos? Es una cuestión de prioridades. Los que mandaron ayer en Ourense, mandan hoy y mandarán mañana, no buscan el desarrollo del deporte desde la base, como en Islandia. Lo que buscan es la foto, aunque solo sea una temporada, codeándose con la élite del baloncesto español. La siembra para recoger deportistas en el futuro es más trabajosa que la compra fácil en el presente de los ya consagrados. Y más cuando se paga con fondos públicos, como se pagará la salida de La Vuelta en el 2016. Es verdad que es una ocasión espléndida para divulgar las potencialidades de Ourense y un escaparate espectacular. Pero de nada vale ofertar termalismo en la Vuelta mientras la propuesta para los posibles visitantes sean unas descuidadas pozas en la capital, unos balnearios en Verín y O Carballiño que añoran glorias pasadas o una red termal (Laias, Arnoia y Lobios) que echa el cierre una parte del año. Como tantas veces, empezamos la casa por el tejado. En lugar de invertir en infraestructuras y en incrementar servicios para publicitarlos una vez consolidados, se hace a la inversa aunque solo sea por un minuto de gloria al lado de Fabio Aru, Contador o Perico Delgado. El gran hotel termal o los accesos y señalización a Outariz, pueden esperar. Lo que no se puede demorar es decir en televisión que Ourense, aunque aún no lo sea, es ya una potencia termal.
La frase. La dijo en La Voz Juan Antonio Bande, presidente de honor de la Asociación de Amigos do Museo Etnolóxico de Ribadavia, que ayer recibió un emotivo homenaje de sus vecinos por toda una vida dedicada a trabajar en pro de su villa natal: «Cando eu fun concelleiro era todo vocacional e supoñía ter máis desembolsos que ingresos. Hoxe é outra cousa». Su profesionalización ha terminado con la disposición al servicio público y la entrega los demás de la que hizo gala Juan Bande y su generación.