De Maside a orillas del Rhin

Cándida Andaluz Corujo
cándida andaluz OURENSE / LA VOZ

OURENSE

La ourensana Ana Belén Otero Paradela trabaja como guía en un crucero por Alemania

31 ago 2015 . Actualizado a las 07:46 h.

Ana Belén Otero Paradela, de Dacón  (Maside) tiene 31 años y es diplomada y postgraduada en Turismo y Protocolo. Con título superior de la Escuela Oficial de Idiomas en alemán e inglés, lleva 12 años trabajando en el sector, en diferentes campañas, promociones o empresas. Su primera experiencia laboral fue en Münster (Alemania) en el 2007. «Después de llevar tres años trabajando, tenía esa espinita clavada de averiguar lo que era vivir en el extranjero», comenta. Se buscó una casa en la que vivía con una chica alemana y una academia  para practicar el idioma. «Allí descubrí lo que me llena el ambiente intercultural, es decir, relacionarme con gente de diferentes países y con culturas muy variadas», explica Ana. En el 2011 una beca Leonardo da Vinci de la Xunta le permitió viajar a Utrecht (Holanda) en donde hizo prácticas profesionales en una empresa de cooperación internacional. Dos días a la semana cogía un tren para trasladarse a la oficina de La Haya. «Vivía con tres gallegas más, una de las cuales será mi amiga de por vida. Me recorrí todo el país en plan low cost los fines de semana e incluso viajé a Alemania y a Praga.. ¡Una gran experiencia! El tiempo voló. Me habría quedado más», explica. 

  Tres años más tarde pudo trasladarse a Bournemouth (Inglaterra) en donde mejoró su inglés, trabajando de guía turística para costearse la estancia. «El 2014 fue sin duda mi año internacional ya que también estuve trabajando como guía para el tour operador español Politours en Alemania en su crucero por el Rhin». Es precisamente aquí en donde se encuentra este verano, trabajando en un crucero fluvial y viviendo en una camarote del propio barco. El crucero tiene una duración de siete días, de lunes a lunes. En el que tanto los turistas como los trabajadores visitan las ciudades de Köln, Bonn, Cochem, Koblenz, Mainz, Rüdesheim, Linz, Boppard, Heidelberg, Worms, Spyra y Estrasburgo (esta última en Francia). «Allí comparto mi día a día con mis compañeros, dos guías más y un animador, los tres españoles. Y con la tripulación de la naviera, 30 profesionales todos ellos de países europeos. La mayoría de Rumanía, Bulgaria, Indonesia y Holanda», relata Ana.

«Es sacrificado»

 Cada semana recibe a una media de 115 pasajeros, «A los que trato de hacer felices con mi trabajo», afirma. Aunque la temporada del crucero dura cinco meses, Ana ha decidido en esta ocasiones que solo estará lejos de su tierra dos. «El trabajo es sacrificado ya que es continuo y no hay días libres pero al mismo tiempo es super placentero y ver la sonrisa en los clientes y las buenas referencias en las encuestas el último día por el trabajo realizado, me aporta felicidad». Cuando tiene algún par de horas libres va a caminar por los paseos fluviales, por las ciudades que visita. O simplemente, si el día ha sido largo: «Me relajo en el solárium o duermo». Su futuro profesional lo percibe en Galicia, aunque asegura: «Sigue habiendo una falta de valoración de los profesionales de Turismo a nivel económico. Queremos un buen profesional pero pagándole poco y eso es algo que todavía tiene que cambiar mucho».