Gran parte de las empresas afectadas por los concursos de acreedores en la provincia pertenecen al sector de la industria y de la construcción
29 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Aunque la situación por la que atraviesa el hotel San Martín llama especialmente la atención al tratarse de un negocio emblemático de la ciudad, no es un caso aislado. Las dificultades económicas ponen contra las cuerdas a muchas empresas que se ven obligadas a solicitar tutela judicial para afrontar las deudas. Desde que comenzó el año, más de una veintena de firmas de la provincia se declararon insolventes, tal y como se desprende de los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística. Aunque todavía quedan algunos meses por delante para hacer un balance anual, parece que la cifra total de concursos de acreedores no será muy diferente a la de otros períodos. Cabe destacar que a lo largo del 2014, el Juzgado de Primera Instancia número 4 de lo Mercantil dictó 29 concursos voluntarios y 3 necesarios. Que Ourense tenga una sede exclusiva para asuntos mercantiles es una vieja demanda que agilizaría los trámites.
Una decena de las firmas afectadas desde el mes de enero fueron sociedades de responsabilidad limitada, una tipología en la cual la responsabilidad está fijada al capital aportado, y por lo tanto, en el caso de que se contraigan deudas no se responde con el patrimonio personal de los socios. También según los datos del INE, gran parte de las empresas afectadas pertenecen a los sectores de la industria, la construcción o el comercio al por mayor. En cuanto al volumen de negocio, buena parte de las firmas que entraron en suspensión de pagos no llegaron a los 250.000 euros.
Tramo de antigüedad
Entre los datos recogidos desde que comenzó el año también cabe destacar que algunas de las empresas que se declararon insolventes tienen más de veinte años de antigüedad.
Aunque la mayoría de los concursos de acreedores que se registraron en la provincia de Ourense a lo largo de este año son voluntarios, también existe otra tipología a la que se acogieron los trabajadores del hotel San Martín. Se trata este último caso del concurso necesario, que presenta mayores garantías para los acreedores y más dificultades para la sociedad concursada. Por otra parte, cuando una empresa no paga a sus acreedores, tiene la obligación de solicitar su propio concurso voluntario para que sean el juez y la administración concursal quienes controlen y procuren que se pague a los acreedores afectados.
Algunas compañías en suspensión de pagos tienen más de veinte años de antigüedad