Los intereses urbanísticos llevan al PP a aliarse al PSOE

José Manuel Rubín SIETE DÍAS, SIETE VOCES

OURENSE

07 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Ourense, sitio distinto. Mientras en otros lugares se deshoja la margarita de la gobernabilidad, en la capital los dedos de los políticos no acarician aún los pétalos de la bella flor. La prepotencia del PP, que espera la alcaldía sin buscar un pacto de estabilidad; la obsesión de Democracia Ourensana por la poltrona (¡con 8 ediles de 27!) y la cerrazón del PSOE al diálogo, hacen singular a la tercera ciudad de Galicia. Que la política es el arte de la conjunción de intereses contrapuestos es algo que los socialistas son incapaces de interiorizar. Se entiende que tras dialogar no se alcancen acuerdos pero lo que sorprende es la negativa a ese dialogo. ¿Por qué se aísla el PSOE? La razón no hay que buscarla en estrategias políticas y si en intereses económicos trufados de filias y fobias personales. El grupo de Barquero está dispuesto a hundir el partido por unos años para saciar su sed de venganza contra Jácome, el político que les sacó dos ediles y 3.381 votos. Si hubiese una segunda vuelta electoral entre PP y DO, los partidos más votados, ¿a dónde irían los 10.070 sufragios socialistas? Barquero y su grupo (que obtuvieron para el PSOE los peores resultados desde 1979) los ofrecen al PP. Decía esta semana la directora teatral Magüi Mira: «Negociar evita sufrimientos estúpidos». Por no negociar, los políticos salidos del 24M abocan a los ourensanos a sufrimientos estúpidos de minorías gobernantes, bloqueos de mayorías en la oposición y paralización de proyectos. A no ser que (como bien pudiera ser) todo esté negociado ya entre PP y PSOE para que el primero, con la complacencia del segundo, saque adelante el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) que los socialistas acaban de redactar siguiendo el guion del que el PP había aprobado y el Supremo tumbado. Eso, los pelotazos económicos, los aprovechamientos urbanísticos y los concursos de transporte urbano, basura y agua que se habrán de aprobar en breve, es lo que se está ventilando entre bambalinas y es lo que lleva al PSOE a facilitar al PP el gobierno de Ourense. Hay pactos por acción, con luz y taquígrafos, y pactos por omisión, hechos en secreto. Las fobias personales de cuatro socialistas (Barquero, Áurea Soto, Agustín Fernández Gallego y Marga Martín) son la disculpa idónea para que el PSOE aúpe al PP a la alcaldía de Ourense en defensa de unos intereses que se me antojan inconfesables.

La frase. Es del presidente de la Diputación: «Nos comprometemos a dar el 50% de la cantidad necesaria». El COB necesita 3,5 millones de euros para estar en la ACB y los dirigentes ya están dispuestos a sacarlos, vía impuestos, de los bolsillos de los ourensanos. ¿Qué pensarán los dirigentes de Cáritas y asociaciones afines que hacen milagros para atender necesidades imperiosas? ¿Sabrán los políticos que 81.078 personas (de 322.293 que tiene la provincia) están catalogadas en riesgo de pobreza y exclusión social? Unos necesitando lo imprescindible y otros derrochando lo accesorio. ¡Oh esta hoguera de las vanidades en la que se ha convertido la república baltariana! Por cierto, de nuevo hay conjunción de intereses entre PSOE y PP en este dispendio de dinero público.