Un registro en el domicilio del acusado permitió a la policía hallar siete archivos en una carpeta y dos más en la papelera de reciclaje
25 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Había dicho Arthur R. G. cuando fue detenido que él no era consciente de tener pornografía infantil en su ordenador. Admitió que había descargado en Internet un gran número de archivos a través del programa Emule, pero no de una forma premeditada. Ayer llegó a juicio y aceptó una condena a cuatro meses de prisión, sin someterse a la perspectiva de un juicio y a la posibilidad de que prosperara la petición de nueve años que planteaba la fiscalía en su escrito de acusación.
Dentro de las investigaciones llevadas a cabo en persecución de la pornografía infantil, había detectado la policía que el día 29 de enero del 2012 se había descargado dos archivos de vídeo, con un contenido en el que aparecían dos menores sometidos a prácticas sexuales. Las pesquisas condujeron a un domicilio de Vistafermosa. Los vídeos estaban a disposición de una red concreta de usuarios.
Registro domiciliario
Al día siguiente de ser detectada esa acción, solicitó la policía permiso de entrada y registro en el domicilio del acusado, con el fin de inspeccionar todos los elementos informáticas que tuviera en casa. Se le ocuparon distintos equipos y periféricos. Con la oportuna autorización judicial se accedió a un disco duro y así se pudieron localizar nueve archivos de vídeo, en los que se observan a menores de edad. Siete de los archivos estaban en una carpeta con la referencia eMule y los otros dos en la papelera.
Al haberse conformado, se le autorizó la suspensión de la ejecución de la condena.