«Para erradicar el feísmo en Galicia hay que cambiar la mentalidad»

Rubén Nóvoa Pérez
rubén nóvoa OURENSE / LA VOZ

OURENSE

MIGUEL VILLAR

Asegura que en Ourense falta creer en una arquitectura más ambiciosa

26 oct 2014 . Actualizado a las 11:00 h.

Al arquitecto Manuel Vidal García le sobran prismas para hablar de arquitectura. A lo largo de su trayectoria ha tocado casi todos los palos. Desde que se instaló en Ourense ha pasado por la docencia, la arquitectura privada y también la pública. Asegura que de su etapa como profesor de Dibujo en Maristas y Carmelitas guarda un grato recuerdo: «Todavía me paran antiguos alumnos por la calle. Es cierto que era una asignatura amable y que la gente recuerda con cariño. Me ha supuesto un montó de buenas experiencias». Tras una etapa profesional en la Diputación de Ourense, Vidal García se volcó en la profesión libre. Ahora trabaja como arquitecto municipal en el Concello de Xinzo. Le cuesta sobreponer alguna de sus obras por encima de otra. «¿Hay algún padre que reniegue de un hijo suyo?», asegura para salir del paso aunque no se resiste a hablar de una intervención en una pequeña plaza de San Amaro.

Sobre la situación que atraviesa la arquitectura en Ourense, Manuel Vidal apunta a problemas más allá de los coyunturales provocados por la crisis económica: «Aquí no se reconoce la importancia del proyecto, solo se habla del papeleo. Es inconcebible que en la sociedad no se reconozca la intervención del arquitecto en la obra y que no haya subvenciones para la elaboración de ese proyecto».

Apunta a otro factor que lastra la labor de él y de sus compañeros: «La arquitectura ourensana depende mucho del presupuesto. La obra pública nunca ha contado con grandes cifras para poder realizar intervenciones ambiciosas». No tarda en salir a relucir en la conversación un tema de tanta actualidad como es el de la estación de la alta velocidad en A Ponte. Manuel Vidal tiene claro que más allá de quien haya sido el ganador del concurso o la idoneidad de ese proyecto concreto de Norman Foster, Ourense no debería perder el tren de ejecutar esa obra de gran arquitectura: «Nadie vendrá a Ourense a ver la estación de tren como va a Bilbao a ver el Guggenheim si lo que construimos es un apeadero. Falta creer en la gran arquitectura y no quedarse en proyectos funcionales».

La mentalidad también tiene mucho que ver, según Manuel Vidal, en otro de los problemas ligados al urbanismo: el feísmo. El arquitecto afincado en Ourense considera que será difícil acabar con él: «Sales de Galicia y entras en Asturias y ya se ha acabado el feísmo. En otros lugares no se concibe dejar una casa en ladrillo durante cuarenta años. Por eso estoy convencido de que para erradicar el feísmo en Galicia hay que cambiar la mentalidad».

Sobre el nuevo borrador de la Lei do Solo que plantea la Xunta de Galicia, Manuel Vidal se muestra un tanto escéptico: «El urbanismo necesita una estabilidad legal. Desde el año 2002 hemos tenido una ley del suelo y varias reformas y modificaciones puntuales. No puede ser que cada diez años se estén cambiando las reglas del juego. También es importante que luego se hagan cumplir».

manuel vidal garcía