La presencia en la parrilla de salida de las municipales del 2015 de Pachi Vázquez (PSOE) y Manuel Cabezas (PP), me sume en un mar de incertidumbres y en un océano de desconfianzas tanto en el ámbito de la política como en el de la educación. ¿Cómo formamos a las nuevas generaciones para constatar que no emergen nuevos líderes? ¿Cómo le inculcamos que la política no es, como creen, y como parece, sinónimo de lucro personal? ¿Dónde está la generación que debía sustituir a quienes tienen décadas de luces y sombras a sus espaldas? ¿No oyen PSOE y PP el clamor de la calle que pide regeneración profunda y líderes de pulcritud inmaculada? ¿No ven (y si no lo hacen es porque les da repelús la hemeroteca) que Vázquez y Cabezas representan la casta política que predica Podemos? ¿De qué vale que Pedro Sánchez, con un buenismo digno de mayores éxitos, se desgañite por la regeneración? ¿De qué vale que Besteiro anuncie ayer en Santiago una ambiciosa apuesta contra la corrupción y, de seguido, se limite a mirar el dedo (la oportunidad de la denuncia contra Pachi Vázquez) que señala la luna del enchufe de 60 amigos o afines «con absoluta y consciente omisión de los más elementales principios que rigen la contratación pública» (TSXG dixit)? ¿De qué vale que Feijoo proponga un plan contra la corrupción en el Parlamento? ¿De qué vale que Baltar redacte y sea el primero en dotar de un código ético a la Diputación?
¿Cómo se conjugan éstas iniciativas con un candidato como Pachi Vázquez con impúdicas acciones éticas a sus espaldas y con un futuro pendiente de imputaciones judiciales? ¿Cómo se entiende que el PP hable de regeneración y piense en recuperar al regidor al que el Supremo le anuló el Plan Xeral de Ordenación Urbana (¡con perjuicios millonarios para Ourense!) por permitir que se cambiasen planos del PXOM expuesto al público? ¿Es el estandarte del PP un candidato obligado a hacer un estriptís económico porque la oposición dudaba del origen de los fondos que sufragaron su mansión?
Tan solo la miopía y la falta de sensibilidad social o, lo que sería peor, los intereses espurios, pueden llevar a PSOE y PP a apostar por el pasado y no ilusionar a los ourensanos con candidatos limpios de polvo y paja y con la honradez, la honestidad y la defensa de lo público por bandera. Bien es verdad que mientras la educación no forje a ciudadanos orgullosos de servir a la sociedad, no habrá manera de desalojar a estos profesionales de la política especializados en ponerla a su servicio y al de sus amigos.
Las frases. Pachi Vázquez (10.10.2014): «Durante 11 anos, seis secretarios e catro interventores e ningún puxo un só reparo ás contratacións». José Luis Baltar (30.06.2014): «En 22 años en la Diputación nunca tuve un reparo de secretaría ni de intervención en ninguna actuación». Así son de idénticos el auténtico Baltar del PP y el clónico Baltar del PSOE. Los enchufes en la Diputación y en O Carballiño eran culpa de secretarios e interventores que no les advertían y nunca de ellos que no preguntaban sobre la ilicitud, o no, de sus acciones. Ya lo decía la abuela de Agamenón, mítico personaje del cómic: «Igualico, igualico que el defunto de su agüelico».