Catorce años de cárcel por raptar y violar a una menor que era virgen

ourense / la voz

OURENSE

El acusado la secuestró en la avenida Marcelo Macías y la llevó a Portugal

22 dic 2022 . Actualizado a las 16:44 h.

La versión del acusado del rapto y violación de una menor, trasladada a la fuerza desde Ourense hasta un punto de Portugal situado a más de doscientos kilómetros es «ilógica y carente de toda razonabilidad». La Audiencia de Ourense acaba de dictar una sentencia que condena a Joaquín Manuel Oliveira Cunha, a nueve años de cárcel por la agresión sexual y cinco más por detención ilegal, con 450 euros de multa por una falta de lesiones y la obligación de indemnizar a la víctima con 30.000 euros. No solo por la agresión, secuelas y daño moral, según indica la sala, sino por el «profundo temor que debió sentir por su vida».

Los hechos que dan lugar a esta sentencia ocurrieron en la madrugada del 15 de julio del 2012. La menor, de 16 años, caminaba por la calle Marcelo Macías de Ourense hacia su domicilio de A Valenzá. Fue abordada por el acusado, de 35 años, quien, armado con una navaja, la obligó a entrar en su coche, le quitó el teléfono móvil y con sucesivas amenazas y conminándola a que llevara los ojos cerrados, la trasladó a un edificio propiedad de su expareja en la localidad lusa de Baio. Ya en el edificio, la obligó a ducharse, mantuvo relaciones sexuales no consentidas con ella, le pidió que se duchara de nuevo al ver que sangraba después de sus dos primeras agresiones, le exigió una felación, la ató luego de pies y manos, la encerró en el baño por un tiempo indeterminado con la boca tapada por cinta aislante y, a continuación, la metió en el maletero del coche. La relación de hechos probados de la sentencia detalla que la chica consiguió que el acusado accediera a dejarla «no sin antes exigirle que no dijera nada de lo ocurrido, puesto que conocía sus datos, sabía donde vivía y la mataría». La abandonó en Valença do Minho, con 200 euros, que le permitieron a la chica llegar a Vigo en taxi y denunciar lo ocurrido, aunque sin dar la identidad del ahora condenado. Obró así por miedo.

Sin fabulación en el relato

La sala concede plena credibilidad a la versión de la menor. Igualmente, pondera los testimonios de los peritos. El de las psicólogas, en el sentido de que «no se aprecia fabulación en el relato». En el caso de los médicos forenses, hace notar la sentencia que las lesiones en las muñecas son compatibles con un sistema de inmovilización y descartando, como sugería la defensa que fuese por llevar una pulsera apretada. La revisión médica y ginecológica indica, por otra parte, que fue la primera penetración de la menor con un pene formado.

La sala, ponderando que la menor era virgen, descarta desde el prisma lógico que «accediera a mantener relaciones sexuales con un extraño, a cambio de nada, pero menos por la suma de doscientos euros, y menos si en tal cifra se comprendía un largo viaje, fuera de España, de varias horas de duración.

El acusado se defendió en el juicio alegando que había sido sexo consentido y pagado.