Adegal reclama que se reabra la planta de purines de Sarreaus

OURENSE

Coren, dueña del centro, dice que el nuevo decreto energético la hace inviable

03 oct 2014 . Actualizado a las 05:05 h.

El cierre de la planta de tratamiento de purines que la empresa Coren había instalado en Sarreaus como Centro Tecnológico Medioambiental para el reciclaje de residuos ganaderos, supondrá para los propietarios de las explotaciones de A Limia unos gastos «inasumibles» que la asociación Adegal cifra en 40.000 euros al año por granja.

La empresa Coren, que asegura compartir la preocupación de la Asociación de Empresarios, Ganaderos e Agricultores da Limia, ha explicado que cerró esta planta no por decisión propia de la empresa sino como consecuencia de la aprobación del Real Decreto 413/2014, de 6 de junio, que regula la supresión de primas o incentivos que tenían este tipo de instalaciones que producían energía a partir del tratamiento de residuos ganaderos. Esta situación afecta a 29 plantas similares en toda España y todas han tenido que cerrar, según Coren, por «la inviabilidad económica en que las deja el decreto energético».

Adegal muestra su rechazo a esta nueva norma e insta a la Xunta y a la Diputación a que adopten medidas para permitir que la planta retome su actividad. Por su parte, Coren ha decidido presentar un recurso contra este Real Decreto ante el Tribunal Supremo. El cierre del centro de Sarreaus ya ha supuesto la eliminación de doce puestos de trabajo directos.

Esta instalación prestaba, según la asociación, «un servizo esencial para unha bisbarra na que gran parte das familias dependen do sector», además de destacar que permitía compatibilizar la actividad ganadera y agrícola con la protección del medio ambiente, al facilitar el reciclaje de los residuos procedentes de las explotaciones de la comarca.

Desde el cierre de la planta de tratamiento de purines de Sarreaus, los productores han tenido que buscar soluciones de emergencia para gestionar los excedentes de residuos y han buscado terrenos en lo que poder depositarlos como abono. Sin embargo, en A Limia, según explican desde Adegal, no hay terrenos disponibles para esta función por lo que los purines hay que transportarlos a más de cien kilómetros de distancia, una solución demasiado cara para los ganaderos, ya que la mayoría de las explotaciones son de carácter familiar y ya vienen sufriendo una severa reducción de sus márgenes de venta.

Adegal advierte de que si no se reabre la planta de tratamiento, el gasto en el transporte de residuos llevaría a la «ruina» y al cierre a muchas de las explotaciones de A Limia, con lo que afectaría también al comercio local.