Un acusado de violar a una menor sostiene que fue sexo consentido

ourense / la voz

OURENSE

La Fiscalía pide para el acusado, en prisión desde hace dos años, veinte años de cárcel.
La Fiscalía pide para el acusado, en prisión desde hace dos años, veinte años de cárcel. miguel villar< / span>

La víctima declaró tras un biombo y reafirmó que fue raptada y forzada

25 sep 2014 . Actualizado a las 05:15 h.

El acusado del rapto y agresión sexual a una chica de 16 años dejó ayer clara cuál iba a ser la línea de su defensa tan pronto como la fiscal inició el interrogatorio en la sala de vistas de la Audiencia de Ourense. Sostiene que de madrugada se percató de su presencia en la avenida de Marcelo Macías y la abordó. «Preguntei canto cobraba», indicó, sin necesidad de ser más explícito. Su discurso se mantuvo en todo momento fiel a esa línea. Lo ocurrido en la madrugada del 15 de julio del 2012 fue, según él, sexo consentido y pagado: 200 euros entregó a la menor cuando la dejó en Valença do Minho.

La imagen que el acusado pintó de una menor en una rotonda, con un bolso, chocó frontalmente con la impresión que transmitió el primer policía de la comisaría de Vigo que la encontró cuando se presentó, con heridas visibles en las manos, a denunciar que había sido secuestrada y violada. El abogado que ejerce la acusación particular, en representación de la madre de la víctima, preguntó directamente al policía cómo iba vestida y si le había dado la sensación de que pudiera ser una prostituta. «No», respondió el agente. Intentó el letrado corroborar esa impresión con otros agentes pero no consintió la presidenta del tribunal que se formulara de nuevo.

La madre de la menor, por su parte, reaccionó de forma contundente a las preguntas del abogado defensor, cuando este se interesaba por las supuestas dificultades económicas que podía estar pasando la familia en el momento de los hechos. Tampoco fue necesario que se mostrara más explícito. Captó el tono la mujer cuando aclaró que sufría la crisis económica, aunque «no para morirme de hambre y menos para prostituir a mi hija».

Las declaraciones del imputado y de la víctima no alcanzaron siquiera la hora de interrogatorio. El hombre, especialmente tranquilo. La víctima, que actualmente es mayor de edad, lo hizo tras un biombo: llorosa, a preguntas de la fiscal y de su propio abogado; más entera al contestar al letrado de la defensa, a quien respondió que aquella noche no había tenido relaciones con ninguna otra persona y que el acusado «me jodió la vida ese día».