La Iglesia lucha contra su ocaso

Andrea Lobo / R.. N. OURENSE / LA VOZ

OURENSE

MIGUEL VILLAR

Los sacerdotes ourensanos tienen 66 años de media y acumulan hasta 11 parroquias

03 ago 2014 . Actualizado a las 07:30 h.

Misas por Internet u oficios religiosos sin eucaristía. La Iglesia no se ha vuelto loca, sino que se ha visto obligada a reinventarse. Alguna de estas medidas se han aplicado ya en la Diócesis de Ourense para combatir dos problemas que acechan al culto diario: la falta de vocación de los jóvenes y el incremento de la edad de los sacerdotes. Solo hay que volver la vista unos treinta años atrás, cuando en el Seminario de Ourense había unos 60 jóvenes, y compararla con la situación actual, cuando tan solo se cuenta con 14 alumnos.

A día de hoy la media de edad de los curas ourensanos en activo es de 66 años. Los sacerdotes no esperan la ansiada jubilación, pero se van haciendo mayores y los sustitutos escasean. De hecho son cuatro los curas que con 87 años siguen oficiando misa, convirtiéndose en los más veteranos de Ourense. Entre ellos está José López, párroco de San Lorenzo de Fustas desde hace 54 años, que además lleva otras tres parroquias, y que a diario coge el coche para desplazarse. Por el contrario, son pocos los jóvenes que dedican su vida al culto religioso. Aunque no tenía clara su vocación, Juan Fernando Sánchez, con 26 años, es el administrador parroquial de San Pedro de Muiños, además de llevar otras seis feligresías, convirtiéndose en el cura más joven de toda la provincia.

Son pocos y los achaques les obligan a retirarse. En Ourense son 64 los sacerdotes jubilados que ya no pueden desplazarse hasta las iglesias para la oración diaria. Para dar servicio a las 735 parroquias, la Diócesis cuenta con 250 curas en activo, pero no todos tienen feligresías a su cargo, ya que veinte de ellos cumplen con otros menesteres. Algunos son profesores y formadores del seminario, otros ocupan cargos en la curia y otros no ofrecen servicio en la Diócesis, sino que están desplazados a destinos como Roma o Latinoamérica.

Si se tienen en cuenta estas cifras, cada sacerdote tiene que llevar más de tres parroquias para abarcar todas, y la situación tenderá a complicarse porque desde el Seminario no llegan refuerzos.

Soluciones a marchas forzadas

De momento ningún municipio se ha quedado sin oficio religioso, pero desde la Iglesia han racionalizado el culto para que no llegue a ocurrir. La Diócesis de Ourense redujo en 2013 de 28 a 12 el número de arciprestazgos que la componen, como medida para aunar cultos y poder dar servicio a todas las feligresías. Esto se traduce en que se asignó más parroquias a cada cura, llegando algunos a llevar once en Ourense. Además se clausuró el servicio en algunas parroquias de la comarca por ser lugares casi abandonados.

La ayuda externa también es ya una necesidad para apoyar a los párrocos más mayores en sus misas diarias e incluso, en algunas ocasiones, para sustituirles y oficiar ellos el servicio religioso cuando los sacerdotes no pueden acudir por enfermedad o por la sobrecarga de trabajo. Son religiosos o seglares formados para ofrecer la celebración de la palabra, que se realiza en las zonas de la Ribeira Sacra, Calvos de Randín y A Mezquita. Consiste en que los sacerdotes consagren previamente las formas religiosas y así la persona formada puede repartir la comunión durante la celebración de la misa que ellos mismos ofician.

También se ha determinado celebrar eucaristías de referencia los domingos en las parroquias más grandes, que suelen ser las capitales de los municipios o las elegidas por el cura, para congregar a más gente en una iglesia y evitar que el párroco tenga que ir a todas, mientras que durante la semana celebra la eucaristía en las feligresías que son más pequeñas.