Proyecto de Foster, cuento de la lechera y silencio de los corderos

OURENSE

18 may 2014 . Actualizado a las 06:00 h.

Al igual que Sabina descubrió que hay amores eternos que duran lo que dura un corto invierno, este cronista reconoce que hay propósitos informativos que duran la lectura de un titular de prensa. Me había propuesto no dedicar ni una letra más a las trapisondas (la mayoría barnizadas de interés particular) del alcalde de Ourense, el socialista Agustín Fernández Gallego. Por cansino. Porque en poco más de un año se mostró un consumado intérprete del clásico «por un oído me entra y por el otro me sale». El titular de ayer de La Voz («El alcalde ofrece cinco millóns ao Estado para que faga a estación de Foster») hizo añicos mis planes. Lo primero que pensé fue: «¡Ya era hora de que este alcalde, el mejor pagado de Galicia (67.822 euros), dejara de ir a la hucha pública para pagar su sueldo, el de su hija o las aceras de su casa y pusiera algo de su bolsillo!». Tras el impacto del titular, le letra pequeña me sacó de mi error. El dinero que ofrecía no era de su cuenta bancaria y sí de la de todos. Ya puede el BNG hablar del plan de empleo para paliar la sangría laboral en la capital, el PP de las facturas impagadas (¡más de 1,4 millones!) y Jácome amenazar con el juzgado por despilfarro, que el alcalde del PSOE está dispuesto a dedicar cinco millones de todos para que la estación del tren la haga Norman Foster según había negociado en su día su antecesor en el cargo y hoy imputado por prevaricación, cohecho, falsedad documental, blanqueo de capitales y uso de información privilegiada. Ahí está el quid de la cuestión. ¿Por qué defiende con tanto furor el alcalde la inversión de cinco millones municipales en un proyecto que cuesta al Estado 85 millones? ¿Por qué ese tópico de que Ourense con el diseño de Foster se va a llenar de visitantes? Ourense es y será una estación de embarque. Cuando se inauguró la autovía de las Rías Baixas, en 1998, la provincia tenía 344.170 vecinos. Ahora tiene 326.724, es decir, casi 20.000 menos. ¿Dónde está el argumento de que sacaría a Ourense del secular retraso? Con el AVE sucederá lo mismo. Facilitará el éxodo al exilio y el regreso por Navidad. Con la propuesta del regidor pasaremos a engrosar, eso sí, la lista de despilfarros que dejaron España empobrecida pero llena de aeropuertos (Castellón, León, Lleida?), infraestructuras culturales (Cidade da Cultura, Ciudad del Circo de Alcorcón?) y estaciones de AVE (Huesca, Cuenca, Requena, ¿Ourense?...) que no funcionan pero suponen una sangría de fondos públicos. El PSOE (incluso esos ediles que se llaman díscolos) quiere dedicar cinco millones a la gran obra de Foster en lugar de al arreglo de los pequeños problemas (aceras, luces, calles, jardines?) que afectan a los vecinos. ¿Quién cree, aparte del regidor, que el proyecto de Foster se pagará con la recalificación de los terrenos que quedarán libres para la construcción de viviendas? La capital, con 14.000 pisos vacíos y sin ninguna grúa que entretenga a jubilados, ¿va a vivir otra fiebre de la construcción? ¿En qué capital imaginaria vive el PSOE? ¿Qué cuento de la lechera quiere endilgar a los contribuyentes capitalinos? Solo cuenta con una ventaja, el silencio de los corderos que protagoniza la sociedad civil.