Un octogenario de Ourense podrá recuperar 94.000 euros que creía tener a plazo fijo

pepe seoane OURENSE / LA VOZ

OURENSE

27 feb 2014 . Actualizado a las 07:20 h.

Apenas es capaz de leer por culpa de una muy acusada pérdida de visión, ni siquiera con el apoyo de la lupa que utiliza habitualmente para poder distinguir letras o números, pero a un vecino de Trasmiras -hoy con 82 años- le colocaron sus ahorros en un producto bancario «complejo y oscuro», según dice una sentencia. Hasta 94.200 euros en obligaciones subordinadas de Caixanova contrataron a nombre de los hermanos J. y C. J. R. en la sucursal de Trasmiras. En NCG se aferraron a los contratos, aunque solo los hubiera firmado uno de los hermanos. Los abogados de la entidad rechazaron en noviembre la posibilidad de un acuerdo judicial para zanjar de buenos modos la reclamación presentada por el octogenario, que se percató del alcance del engaño cuando falleció su hermana y quiso normalizar la situación de las cuentas. Ahora, una sentencia del juzgado de primera instancia e instrucción número 1 de Xinzo de Limia ha puesto orden.

NCG ha sido condenada a devolver 94.200 euros y los intereses legales que correspondan. Como si hubiera sido un depósito a plazo, que es lo que creía haber contratado. Fija el fallo, además, que el demandante ha de restituir a Nova Galicia Banco los títulos de las acciones que le correspondieron a raíz del canje obligatorio ordenado por el FROB, en su caso del importe obtenido por la venta, y los intereses de los contratos.

La sentencia resalta el perfil del afectado y de su hermana, personas trabajadoras del campo y sin estudios. El contrato, firmado sin tener conocimiento cabal de su contenido, solo lo suscribió uno de ellos.

La jueza, analizados todos los elementos del caso, ha llegado a la conclusión de que el demandante «posee escasa formación académica, conociendo lo básico: es decir, sumar, restar, multiplicar y dividir». El hombre «siempre tuvo la creencia», dice la sentencia, de tener su dinero y el de su hermana a plazo fijo. Cómo sería, explicó un primo del perjudicado, que cuando a principios del 2013 intentó retirar dinero y le dijeron en NCG que no se lo podían entregar, interpretó que no había vencido el plazo fijo. Meses después, quiso hacer frente a un pago. Se repitió la situación. Fue cuando este pariente se percató de la situación, al ver la «libreta» con anotaciones a mano.

Las irregularidades cometidas por la entidad son completas, según constata la sentencia. No solo se contrató un producto a una persona sin el perfil adecuado, sino que tampoco se le facilitó información adecuada. Contrariamente, «se le hizo entrega de una libreta que generaba confusión, cuyo contenido no solo no ha resultado acreditado que entendiera, sino ni siquiera que viera», según interpreta la jueza.

El engaño a estos hermanos de Trasmiras se ha visto amparado por la «confianza ciega» que el perjudicado admitió tener en los empleados de la oficina, por lo que tanto él como su hermana suscribieron órdenes cuyo contenido no sabrían precisar por su absoluto desconocimiento de inversiones de complejidad media o elevada.