Las peticiones individuales son más eficaces que la de zona catastrófica
23 feb 2014 . Actualizado a las 07:15 h.La naturaleza está haciendo su trabajo y después del grave incendio que sufrió el concello de A Merca el pasado mes de septiembre, las fincas arrasadas por el fuego comienzan a teñirse de nuevo de verde, matizado por el negro que todavía perdura en árboles o arbustos quemados. Aunque no hubo que lamentar desgracias personales, el susto y la tensión de aquel día todavía se recuerdan vivamente en la parroquia de Proente.
También en el propio Concello de A Merca que esta semana daba por finalizado el período de recogida de solicitudes para aquellos particulares que deseasen reclamar ayudas por los daños sufridos. El Concello había pedido la declaración de zona catastrófica pero según pudieron comprobar con la respuesta de la Xunta y del Ministerio de Medio Ambiente a esta solicitud, la declaración de zona catastrófica es «algo etéreo». La contestación fue una relación con una serie de órdenes de ayudas a las que se podían acoger los particulares afectados.
Al final, han sido escasas las solicitudes presentadas, a pesar de que el Concello medió para ofrecer información y ayudar a los vecinos en los trámites. Apenas cuatro peticiones, dados los requisitos específicos que rigen estas ayudas. El Concello y el coto de caza, que vieron dañados infraestructuras y especies cinegéticas repobladas, reclamarán por otra vía. Para optar a una reparación mayor tipo zona catastrófica «tendría que haber afectado a una obra civil importante para la actividad de la población», explicó la concejala que se ocupó del asunto desde el principio, María Socorro González.
El único daño personal fue el que sufrió la casa de Carmen Domínguez y que arregló el ayuntamiento con sus propios fondos. En la piscina municipal, uno de los helicópteros que trabajaron en la extinción causó daños en el revestimiento del suelo y en el cierre. Enviarán esto y la relación de fincas cuyos accesos quedaron afectados por el trabajo de la maquinaria que participó en la extinción habilitando cortafuegos a la Consellería de Medio Rural, que se comprometió a repararlos.