La muerte de un motorista en Vilamarín no se debió a un exceso de velocidad

m. Rodríguez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

18 ene 2014 . Actualizado a las 07:20 h.

Cometió mientras conducía una imprudencia pero de grado leve, aunque con la fatalidad de que la colisión que provocó al invadir el carril de sentido contrario por el que venía circulando un ciclomotor causó la muerte al piloto de la moto, un joven de 21 años. El accidente ocurrió el 9 de julio de 2010, a las diez de la noche, en la travesía de Vilamaior (Vilamarín) en sentido Ourense. La sentencia dictada por la jueza del Juzgado de lo Penal 2 de Ourense condena al conductor del vehículo, Rodrigo R. C., a pagar una multa de 1.200 euros y a estar un año privado del carné de conducir.

La sentencia considera probado que el conductor del vehículo Mercedes invadió el carril contrario, pero también que el piloto de la moto Aprilia circulaba muy próximo al centro de la calzada, cuando debía hacerlo «lo más arrimado posible al borde derecho del carril».

Contradicciones de testigos

Para llegar a esta conclusión, la jueza argumenta que el punto de colisión se hallaba en el carril por el que circulaba la motocicleta, tal como corroboró en el acto del juicio oral el agente de la Guardia Civil que instruyó el atestado. En cambio, no se pudo probar, tal como aseveraron los testigos en la fase de instrucción, que el turismo llevase una velocidad excesiva.

En el juicio, los testigos no ratificaron sus primeras manifestaciones y reconocieron que quizás no estaban en condiciones de afirmar tal circunstancia debido al impacto que les produjo el suceso. El hecho de que saltara el airbag pues este elemento de seguridad puede activarse a partir de los 45 km/h. El recorrido del vehículo desde el punto de colisión hasta su posición final fue de solo 11,70 metros, lo que tampoco «permite deducir una velocidad excesiva».

Al no estar probado ese exceso de velocidad, la juez se inclina por considera que el siniestro se debió por la invasión progresiva del carril contrario por parte del turismo y porque el ciclomotor venía circulando muy próximo al eje central de la calzada «y casi con toda probabilidad inclinado», lo que explicaría que la moto penetrase bajo el paragolpes del coche.

El conductor dio negativo en las pruebas de alcoholemia y además la línea de separación de los carriles en este tramo de la OU-567 estaba muy desgastado. Además, el carril por el que circulaba el coche era estrecho, de solo 2,90 metros de ancho.