La sombra de la ruptura planea sobre el PSOE como hace 12 años

Pepe Seoane OURENSE / LA VOZ

OURENSE

<span lang= es-es >Buena sintonía en el año 1999</span>. Antonio Troitiño y Manuel Salgueiro, en el centro de la imagen, en la pegada de carteles junto con otros miembros de la lista y militantes como Laura Seara.
Buena sintonía en el año 1999. Antonio Troitiño y Manuel Salgueiro, en el centro de la imagen, en la pegada de carteles junto con otros miembros de la lista y militantes como Laura Seara. miguel villar< / span>

La crisis del 2001 acabó con la carrera política de todos sus concejales

12 ene 2014 . Actualizado a las 13:25 h.

Como hace doce años, la ejecutiva del PSdG se mueve con lentitud a la hora de zanjar las crisis que afectan a esta marca en Ourense. A finales del año 2001, sin embargo, las condiciones eran muy distintas a las actuales. Sobre todo porque hoy el PSOE ostenta en la capital el gobierno local y entonces era el tercer grupo de la corporación, con seis concejales frente a siete del BNG y catorce del PP, que, con Manuel Cabezas como alcalde, disfrutaba de su segundo mandato. El efecto de las disputas internas de los socialistas era otro y hasta podía pasar por algo doméstico, contrariamente a lo que ocurre en la actual crisis en Ourense.

Las diferencias en el seno del grupo municipal socialista, entonces como ahora, tienen nombres y apellidos. Antonio Troitiño había sido candidato en 1999. El resultado no había sido el deseable, pero el grupo mantuvo la compostura. Pronto abandonó Pilar Nóvoa (exdiputada y exsenadora en distintas etapas). Más tarde, en el ecuador del mandato, surgieron problemas de carácter estrictamente personal entre los dos gallos, el propio Troitiño y Manuel Salgueiro, un hombre del aparato que aportaba la experiencia de su presencia en el gobierno municipal socialista años atrás, con Manuel Veiga Pombo como regidor.

Las irreconciliables diferencias personales se trasladaron al terreno político. Y en la agrupación local del PSOE ourensano se produjo un vuelco animado por el entorno del exconcejal Manuel Salgueiro, entonces un peso pesado, gran conocedor de la fontanería socialista.

La agrupación local quiso ser el contrapoder del grupo municipal, marcando directrices que rechazaba la mayoría de los ediles socialistas, con Antonio Troitiño como líder indiscutible. Y si este decidía de una día para otro que no quería volver a ver delante a Pablo López Vidal, entonces administrativo del grupo municipal, amén, sí, señor. Y López Vidal se marchaba.

Año 2001. El 30 de noviembre anunció Antón Louro la disolución de la agrupación local. Salía ese día por correo urgente la propuesta dirigida al comité federal. Todos a la calle, en definitiva. La dirección socialista, entonces encabezada por Emilio Pérez Touriño, decidió tirar la casa y construir otra. Dolores Villarino, que años después sería presidenta del Parlamento de Galicia, tuteló el renacimiento del PSOE local con una gestora en la que Javier Casares ejerció de hombre bueno. Casi un año después, en octubre del 2002, a la sombra del incombustible Antonio Rodríguez emergió como secretario de la renacida agrupación la figura del hoy exalcalde Francisco Rodríguez.

Entonces, en el Concello de Ourense, con la crisis partidista al rojo vivo, los seis concejales socialistas tomaron distinto rumbo. Manuel Salgueiro no quiso saber nada de sus compañeros, intentó adscribirse a un grupo mixto unipersonal y vivió un particular calvario al verse privado de voz y obligado a pasar los últimos meses del mandato de la corporación con quienes había compartido candidatura y eran entonces enemigos declarados. Privados de militancia y del uso de las siglas, se mantuvieron como «grupo municipal socialista». La dirección del PSOE gallego incluso pidió al alcalde, sin éxito, que se negara a aquellos concejales la posibilidad de llamarse socialistas.

Resistieron hasta las elecciones del 2003. Troitiño encabezó una candidatura. Se estrelló en las urnas. Manuel Salgueiro dejó la primera línea de la política. Todos fracasaron, en definitiva.

crónica política conflictos entonces en la oposición y ahora en el gobierno