Con los villancicos cantados por alumnos del Colegio Santo Ángel y la bendición del obispo de Ourense, Leonardo Lemos Montanet, se inauguró ayer la tradicional exposición de belenes del mundo que podrá verse hasta el 7 de enero próximo en la sede del obispado, en horario de mañana y tarde.
La colección, formada por los fondos de la Delegación de Misiones con piezas traidas por misioneros ourensanos que ejercen su labor en los países en vías de desarrollo y cesiones de particulares, supera este año el centenar de composiciones. En ese último apartado destacan las colecciones cedidas por María del Carmen Núñez, vecina de Rubiá, y la aportada por la familia Quevedo Saco, de la capital. Algunos llaman la atención por su origen o por su tamaño, en algún caso muy diminuto, como un belén que está dentro de una botella no más larga que un dedo, o el belén labrado en un tapón de corcho. Hay composiciones realizadas en madera (incluso de ébano, palo de naranjillo), también de bronce, de cerámica, de barro o de tela, entre otros materiales. En cuanto al origen, están representados todos los continentes. Kenia, Madagascar, Camerún, Angola, Indonesia, Vietnam, comparten vitrinas con ejemplares llegados de países de Europa y de América. Otra de las novedades de la exposición de belenes es la incorporación de los trabajos realizados por los niños de las distintas parroquias para el concurso de dibujo.
Durante la inauguración, el obispado dio a conocer que la misionera ourensana Carmen Gómez Calleja, de las Siervas de San José, acababa de ser galardonada con el Premio Nacional de Derechos Humanos de Perú.
El obispo, Lemos Montanet, animó a los pequeños a seguir disfrutando y participando plenamente de la Navidad y especialmente del ritual de preparación de los belenes en sus casas, recordándoles el mensaje de paz y amor a los demas «especialmente a los más necesitados», que acompaña a esta fiesta religiosa.