La detención del farmacéutico de Chandrexa de Queixa acusado de un delito de estafa continuada por presuntamente tirar medicamentos que había facturado a la Seguridad Social y que no eran recogidos por los pacientes, podría redundar en un problema asistencial. Es la posibilidad que aluden desde el Colexio Oficial de Farmacéuticos de Ourense, cuyo presidente, Vicente Álvarez, mostraba su preocupación por el problema podría plantearse si el titular de Chandrexa llega a ver revocada su licencia puesto que es la única oficina abierta en el municipio. En ese caso la solución, para garantizar la atención, podría venir a través de la figura de la botica, vinculada a una farmacia de otro municipio. Además, no ocultaba su sorpresa ante una actuación que, de confirmarse, supondría un descrédito para toda la profesión.
El presidente de los farmacéuticos ourensanos habló con el titular de la oficina de Chandrexa cuando se conoció su detención (efectuada ya el pasado jueves), pero declinó hacer comentarios sobre el contenido de esa conversación. También contactó con el secretario xeral de Sanidade para ponerse a su disposición.
Punto de reciclaje
Asegura Vicente Álvarez que las farmacias y la administración tienen, a través del sistema de receta electrónica, todos los mecanismos para aclarar la existencia de algún posible delito o infracción de carácter económico. En cuanto al aspecto ecológico, comenta, sin referirse expresamente a la denuncia de Chandrexa, que todas las farmacias de España tienen un sistema de reciclado, el punto sigre, que establece que ningún producto puede ser desechado en lugares no autorizados. «No se sabe quién los tiró, si los tiró él, realmente es una irregularidad», añade.