La provincia tiene 145 espacios destinados a la lectura en los colegios
13 ene 2013 . Actualizado a las 07:15 h.Son territorios privilegiados en los que los alumnos de todas las edades encuentran el camino para adquirir competencias que les resultarán imprescindibles para moverse por el mundo de la información. Las bibliotecas escolares se han convertido en centros de lectura, cultura y aprendizaje, que hoy en día son ya fundamentales en colegios e institutos.
En la provincia de Ourense son 145 las que están abiertas en estos momentos, casi tantas como centros educativos ya que la gran mayoría dispone de estas instalaciones destinadas a ampliar la formación de los estudiantes. Algunas de gran antigüedad y otras de más reciente construcción, sus estanterías atesoran miles de obras. Aunque no hay datos concretos, las estimaciones sitúan en más de 700.000 los volúmenes que guardan.
Así, el 36 % de los centros cuentan con fondos que pueden llegar a cinco mil, mientras que otro 25 % puede concentrar hasta diez mil ejemplares. Una minoría, el 12 % según una estadística del Ministerio de Educación en la que se incluyen tanto los centros públicos como los concertados, tienen más de diez mil libros para el uso y disfrute de su comunidad educativa.
Estas instalaciones han vivido importantes transformaciones en los últimos años, gracias al esfuerzo conjunto realizado tanto por las comunidades educativas como por la propia administración, en una tarea que ha tenido como finalidad ofrecer más y mejores instrumentos al alumnado para su formación académica y personal.
Espacios diferenciados
Y las modificaciones no han sido exclusivas del plano físico. El cambio más importante es el que se registra en el propio centro educativo cuando la biblioteca se activa. Alrededor de sus propuestas y recursos, de la actividad que genera y los apoyos que presta, echan a andar dinámicas de trabajo diferentes, prácticas pedagógicas más activas, propuestas más colaborativas y «proyectos ilusionantes que ayudan a construir conocimiento y a construir comunidad también», destacan desde la administración educativa.
Las bibliotecas, al renovarse y activarse, se han confirmado como aceleradores educativos, aportando valor añadido a la formación en las aulas. Se trata de que los más pequeños adopten hábitos que los acompañarán durante toda su vida.
A día de hoy, el 35 % de las bibliotecas escolares de la comunidad gallega están incorporadas al plan de mejora de la Xunta, (Plambe). Son 16 institutos y 17 centros de educación infantil y primaria. Dos de ellos, el IES de Celanova y el CEIP Condesa de Fenosa, de O Barco, han sido premiados en la que fue la última edición del concurso nacional de buenas prácticas por la gestión y dinamización de estos lugares.
Expertos del ámbito educativo aseguran que si las bibliotecas escolares cuentan con el apoyo adecuado, sus programas pueden servir de guías para que los estudiantes lleguen a alcanzar con éxito sus objetivos puesto que los anima a investigar. Esto adquiere mayor relevancia en una sociedad en la que los cambios y las reformas legislativas en la enseñanza están a la orden del día.