Cuando el PP hace en el Gobierno lo contrario de lo que prometía en la oposición. Cuando lo que dice el PSOE en la oposición está en las antípodas de lo que hacía en el Gobierno. Cuando los periódicos desbordan de descalificaciones públicas y se ofrecen yermos de ideas y argumentos para regresar a la senda de la prosperidad, en Ourense parecen asomar brotes verdes en la forma de entender la política. De la confrontación dialéctica permanente entre administraciones se pasó a acuerdos concretos para que la depuradora de Reza (con tres administraciones implicadas) y el centro de salud de O Couto (con Xunta y Concello de la mano) sean pronto felices realidades. Semeja que este es el camino por el que tiene que circular el futuro en temas tan complejos como el AVE o el transporte metropolitano. El tiempo dirá si es un cambio de política auspiciada por el nuevo alcalde o una percepción errónea del cronista. Ourense necesita todas las manos para poder disfrutar de todos los servicios. De nada vale que se entierren millones de euros en edificios como la sede de Economía y Facenda, la Casa da Maxia, el Centro de Novoas Tecnoloxias o el Banco de España, si después, como contó La Voz, están cerrados por la incapacidad de los gobernantes para buscar apoyos y ponerlos en marcha.
Libros. «Todo, todo, todo está en los libros», cantaba Vainica Doble. Esta semana se presentaron en Ourense tres que desmienten el estribillo. Del imprescindible Galegos de Ourense (la biografía de 26 personajes) editado por la Diputación, hay que decir que son todos los que están pero que no están todos los que son (algunos muy importantes). Los otros dos libros son de sendos autores políticos que realizan distintos caminos. El uno, que inicia el de ida, es Manuel Baltar. En Falemos de ourensanía deja pinceladas de propuestas que ojalá no se queden en meras enumeraciones y se plasmen en futuros programas electorales del PP. El otro, que ya está de vuelta, es de Pérez Touriño. En O futuro é posible, el expresidente de la Xunta explica claves del pasado reciente, justifica decisiones, asume errores como el de criar los cuervos que después le quitaron los ojos (indigna la ausencia en el acto de los parlamentarios y de la gran mayoría de alcaldes y concejales del PSOE) y, lo que se agradece, da pie, con argumentos, al optimismo sobre el futuro de Galicia.
La frase. «Fue una utopía, fue un sueño y hoy es una realidad», dijo en La Voz el alcalde de Lisboa al presentar el proyecto de remodelación de las históricas piscinas de la capital portuguesa. La utopía fue de las autoridades lusas y el sueño de la restauración lo gestó una mente ourensana. El arquitecto Jorge Barata Martínez lo plasmó en el diseño que ganó el concurso de una obra de 7,5 millones. Otro ejemplo del valor que más allá de nuestras fronteras se le da, y se le reconoce, al talento autóctono.