Monseñor Lemos bendecirá en la Misa Crismal 20 litros de óleo

jesús manuel garcía OURENSE / LA VOZ

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El prelado consagrará otros diez, aromatizados con esencias de Oriente

04 abr 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La mayor parte de los sacerdotes ourensanos participará esta tarde, a las ocho, en la solemne Misa Crismal con el obispo, Leonardo Lemos. El clero de las comarcas de Valdeorras, Trives y O Bolo se reunirá con el obispo de Astorga, Camilo Lorenzo, a las once de la mañana, en la catedral apostólica asturicense.

Esta es la misa en la que se bendicen los óleos de los enfermos, de los catecúmenos y se consagra el Santo Crisma. Y solo la puede celebrar el obispo. El primero se usa para la extrema unción de enfermos; el segundo, también denominado óleo de los exorcismos, porque extiende el efecto de los exorcismos debido a que quienes son bautizados reciben una fuerza especial para renunciar al diablo y al mal antes de recibir el agua bautismal sobre su cabeza. Ambos óleos se bendicen por el obispo antes de la comunión de la misa. El Santo Crisma es el óleo más importante, utilizado para la consagración de obispos, de sacerdotes y en la consagración de una iglesia y su altar.

El prefecto de ceremonias de la Catedral, Gustavo Pérez Carnero, explica que este último óleo, antes de presentárselo al obispo para su consagración, se prepara de forma especial en la sacristía: «Se le añaden aromas de Oriente que llegan vía Roma y Barcelona, que se mezclan con el aceite en la sacristía para evitar prolongar la ceremonia de la misa. Se le introducen especies perfumadas, incienso, mirra disuelta... y se revuelve todo».

La consagración del crisma es más solemne y ocurre al final de la misa. El obispo se pone en el centro y los presbíteros lo rodean a modo de corona, para extender sus manos y participar de esa consagración.

Antigüedad

La unción con aceite es muy antigua, anterior al cristianismo, se da en la tradición pagana y judía. Los cristianos comenzaron a usar el aceite desde muy pronto. El perfume del crisma simboliza el buen olor de Cristo en el mundo. Dice el obispo Egon Kapellari que el lenguaje simbólico del aceite solo puede entenderlo quien haya pasado una hora en medio de un olivar.

En Ourense se bendicen y consagran cada año 30 litros que dona la familia Abril, diez en cada ánfora. El aceite es uno de los denominados símbolos cósmicos para reflejar la acción del espíritu, como ocurre con el uso del agua, del aire o del fuego. El aceite, producto tan mediterráneo, se considera, junto con el vino y el trigo, un símbolo de bienestar, de paz y de alegría. Y las tres ánforas fueron encargadas, dice Miguel Ángel González, en 1866. Son sencillas, de aire neoclásico y su autor es Carlos Rodríguez. La del crisma tiene una cruz; la de los enfermos, una F y la de los catecúmenos, una O.