Ourense tiene una rica serie de instrumentos pero olvida mantenerlos
11 mar 2012 . Actualizado a las 07:05 h.Ourense tiene un patrimonio organístico de gran importancia. Fue pionera en contar con una plaza de órgano en Galicia, en el Conservatorio Profesional de Música y, junto con las diócesis de Lugo y Mondoñedo-Ferrol ,tiene catalogados todos estos instrumentos singulares. A pesar de ello, no todos gozan de buena salud. Todos necesitan un mantenimiento anual, que no se hace y el que más ayuda precisa es el de la Catedral, un producto de la casa Eleizgaray de Azpeitia, del año 1924.
Hace ya varios años, la célebre Montserrat Torrent, tras un concierto con este instrumento, insistía en la necesidad de una reparación profunda. La última restauración data del año 1978, por la firma Azpiazu y Altuna. «Desde entonces se ha hecho un mantenimiento poco profesional», dice la concertista y profesora Soledad Mendive quien hace poco pudo tocar en él y advierte que hay notas que no suenan: «La mecánica del teclado mete mucho ruido, hay registros que necesitan una rearmonización. Su estado general es como el de una persona de 80 años cuando podría cantar como un chaval de 15», señala Mendive.
Se trata de un gran instrumento que destaca por su enorme tubería. De caja le sirve la propia catedral. Este órgano tiene un sonido dulce y solemne al que ayuda la piedra del templo.
El profesor y musicólogo Manuel Rey Olleros, organista interino de la basílica, (sigue siendo su titular el maestro Gerardo Salgado, gran organista) dice que este aparato necesita una restauración y sustitución de los secretos y secretillos que están deteriorados «y la revisión de todos los conductos de aire para evitar fugas», señala.
Es el órgano de referencia por el lugar en que se halla. Hay que eliminar suciedad, polvo, abolladuras, rasgaduras y enderezar algunos de sus tubos. La consola también necesita una mejora.
Mendive apuesta por una necesidad de mantenimiento anual de estos instrumentos y una puesta a punto quinquenal, siempre, dice, por manos de expertos organeros «y compartir gastos entre las diversas parroquias y colectivos», idea que comparte el catedrático de prestigio mundial José Luis González Uriol.
Otro buen ejemplar es el de Celanova, original en parte. Se restauró por el taller suizo Späth, en el 2001. «Este órgano necesita afinación anual, aspecto muy importante para que este patrimonio no se deteriore», indica la profesora. En Celanova se desarrollan alrededor de este instrumento interesantes jornadas didácticas. Y es que si se hace una gran inversión en construir o restaurar un órgano de tubos, no se debe olvidar su mantenimiento, que el instrumento agradecerá con creces. De lo contrario se mueren de abandono.
En Ourense se hizo en su día un gran esfuerzo para hacer que en la capital se creara la plaza de Órgano, única de Galicia. Se consiguió alegando que es en esta provincia donde permanecen instrumentos importantes dentro del conjunto gallego del patrimonio de tecla. Educación, en su día, no lo dudó. Y llama la atención cómo en una buena parte de los casos la primera desconocedora de este patrimonio es su dueña, la Iglesia. Aún así, puede haber esperanza, incluso para el órgano que los grandes expertos califican como joya de la corona, el de Xunqueira de Ambía. Conservar este patrimonio es un beneficio cultural grande por las posibilidades que el órgano tiene.
El gran órgano de la Catedral despliega su tubería de centenares de elementos en la tribuna sobre el Pórtico do Paraíso y el templo le hace de caja. pili prol