Fincher revisa el universo Larsson

miguel anxo fernández

OURENSE

15 ene 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

Con todo, aunque Sony haya mantenido el título de la novela para su estreno español, por obvias razones comerciales (la trilogía de Stieg Larsson despachó 65 millones de copias en 46 países), realmente el original norteamericano pivota sobre Lisbeth Salander, la chica con el tatuaje del dragón, peculiar y eficaz detective punk, a la que el guionista Steve Zaillan (Óscar por La lista de Schindler, de Spielberg) humaniza un grado más en su relación con el periodista Mikael Blomkvist, cuando este asume el encargo de un magnate, solicitándole que escriba un libro y averigüe la verdad sobre una desaparición de cuarenta años antes. Fincher parte del hándicap de un texto demasiado conocido y de un filme previo, ambos muy frescos en la memoria, por lo que, aparte lo anotado en cuando a Salander y Blomkvist, le queda la opción de ajustarse al thriller según su criterio personal, al que no renuncia.

Si en el acabado formal el resultado es irreprochable (mantiene intacto su poderío visual), se ajusta a la atmósfera y a la luz (se rodó en Estocolmo y alrededores), aporta unas convincentes dosis de bajada a los infiernos, recupera su singular visión del Mal y hace que sus dos horas largas transcurran como un soplo. Mantiene el tono de caligrafía invisible que da a sus películas un trazo único (con la ajustada colaboración de la música de Trent Reznor y Atticus Ross, junto a la fotografía de Jeff Cronenweth). Sin duda, transcurridos unos pocos años, mitigada la memoria del bestseller y del filme sueco, la redención beneficiará a la sólida propuesta de Fincher.

fin de semana

MILLENNIUM

EE. UU., 2011.

Director: David Fincher.

Intérpretes: Daniel Craig, Rooney Mara, Christopher Plummer.

Thriller.

158 min.

Cuando David Fincher anunció que filmaría Millennium: los hombres que no amaban a las mujeres (sobre la que el danés Niels Arden Oplev sirvió una aceptable versión en el 2009), la primera reacción fue de inquietud por ceder a la manía de Hollywood de clonar filmes bajo la apariencia de remakes, pero al mismo tiempo inducía a una cierta esperanza considerando sus brillantes aportaciones previas al thriller (sobre todo las memorables Seven y Zodiac) y el grado de excelencia alcanzado por su filmografía.