Políticos que dan miedo

Ruth Nóvoa E

OURENSE

09 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

stoy segura de que muchos concejales ourensanos abandonan el salón de plenos pensando: «Qué bien lo he hecho hoy». En realidad, «Qué bien lo he dicho hoy». Luego están esos compañeros de filas que dan palmaditas en la espalda a los anteriores, afirmando: «Así se habla». Pues va a ser que no. Empieza a ser urgente que alguien les diga que no van bien. Porque los menosprecios, los insultos y las sobradas nos vienen generando a los ciudadanos un poco de apuro y bastante vergüenza ajena.

No digo que el nivel del debate en la sede municipal fuera excelso en otros tiempos. Pero según mi memoria plenaria (digo hace diez, siete o cinco años) uno no se sonrojaba cuando asistía a un debate. Se aburría, en alguna ocasión se reía de las ocurrencias pero en general no le daban ganas de poner a los concejales de cara a la pared por sus salidas de todo.

Rosendo Fernández hablándole al alcalde de ir al baño por «urxencias líquidas»; Áurea Soto diciéndole a los ediles -elegidos, como ella, por los ourensanos- que se vayan, porque de urbanismo «non teñen nin idea»; Jácome planteándose -y haciendo que los ciudadanos se planteen- «qué carallo venimos a hablar aquí»-; y un más inocente y suave Fernando Varela comparando al PP con el Madrid de Mou.

¿Es este el nivel de nuestros políticos? ¿Son un reflejo de la sociedad? ¿O la sociedad es un reflejo de ellos? En cualquier caso, da miedo. Y mucho.