Empresarios locales piden «garantías» para invertir en Xero

aNTONIO nespereira OURENSE / LA VOZ

OURENSE

La firma del coche eléctrico tiene dificultades para captar capital privado

06 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Las empresas invitadas a entrar en el capital de la británica Xero no están dispuestas a hacerlo «a ciegas». Así se desprende de las reacciones recogidas ayer mismo, casi una semana después de que una docena de directivos de compañías ourensanas participasen en una reunión con los representantes de Xero, de la Diputación y el Concello de Vilamarín. La palabra que más se está escuchando es «garantías» antes de poner su dinero en un proyecto «que hay que mirar con lupa», según algunos consultados.

La mayoría de los empresarios prefiere no dar su opinión «por el momento» ante la oferta que les han hecho desde Xero y los que la expresan se muestran esquivos a comprometerse. Los responsables de la empresa británica quieren captar seis millones de euros para la fábrica de vehículos eléctricos, lo que significaría una aportación de unos 500.000 euros por parte de cada una de las empresas que fueron invitadas a la reunión de la pasada semana, aunque matizan que «la aportación de cada uno no ha quedado establecida».

Ian y Oliver Mitchell, dueños de Xero, y Julio Mayorga, su representante en España explicaron «un proyecto que pretende ser competitivo», según un empresario ourensano que asistió a la reunión, «pero los tiempos son difíciles y tampoco tenemos experiencia en el campo de la industria automovilística».

Los directivos de la compañía inglesa quieren que los empresarios ourensanos concreten antes de final de mes si entran o no en el capital social, «pero las prisas no son buenas en los negocios», precisó uno de los asistentes a la reunión de la pasada semana.

Además de no tener experiencia en el sector del vehículo eléctrico, otra de las situaciones que les obligan a tomarse las cosas con calma «es en qué lugar se van a implantar, si las aportaciones de dinero locales son suficientes o si la Xunta sigue manteniendo su apuesta.