La estación Franqueira

OURENSE

12 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Sí pero no. Franqueira fue el político-empresario ourensano más importante del siglo XX. No le veo como ferroviario. Cuando, por necesidad, empecé a trabajar con Renfe para abastecer de cereales la fábrica de piensos de Coren, Franqueira, como todos, era muy escéptico; un año después, cuando le informé que estábamos descargando 500 toneladas diarias en la estación de Taboadela, actuó con la fe del converso y puso en marcha la fábrica nº2, anexa a las vías del tren. Aun así, para mí, no es vinculación suficiente. ¿Puede servir el nombre para ocultar las barrabasadas de no soterrar las vías o destruir el nobilísimo edificio principal? ¿Se está orquestando su apellido para burdos intereses crematísticos ajenos a su memoria?

Es un hermoso homenaje al político que hizo la revolución más importante: conseguir que pasasen a ser mayoría los ourensanos que pudieron, gracias a él, comer tres veces al día. Pero se me ocurre un homenaje mejor. Cuando montamos el Plan de Vacuno, con el que llegamos a estabular 2.500 vacas de leche, con sus crías, tuvimos el primer revés al comprobar que no teníamos tierra para seguir creciendo; las vacas necesitan una ración de volumen y no teníamos donde cosecharla. Hoy existen en la provincia multitud de organismos y entes inventados por los políticos que solo sirven para emplear a amiguetes, familiares y malgastar el dinero de todos. El día que recuperemos el poder civil, será el momento de poner en producción las 7.500 fincas de 100 Ha que poseemos. Hoy están yermas. ¡Qué tarea más bonita nos espera! ¡Crear riqueza y puestos de trabajo, comida sana y abundante, sin conservantes ni colorantes, producida en Ourense por ourensanos! El organismo que haga esa tarea hermosa de redimir a una provincia, deberá llamarse «Franqueira». En una provincia que tiene que comprar fuera 800.000 comidas diarias, ese es el homenaje a su memoria y ese es el camino. Para Ourense no hay otro. Y así nuestros hijos podrán dedicarse a pintar un cuadro o escribir un libro en su tierra y con su gente.