Política y gaita

OURENSE

03 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

L

a sobredosis de inauguraciones del pasado lunes (¿de verdad piensan los políticos que nos vendemos por un pincho?, ¿de verdad nos vendemos por un pincho?) nos recordó que ya queda poco para las elecciones. No deja de ser una ironía. Vamos a las elecciones a elegir y, al final, no elegimos. No nos dejan elegir.

Se repiten las formas (las inauguraciones, los pinchos...) y se acaba repitiendo el fondo. Y quienes debían ser aire fresco acaban cerrando las ventanas para que no haya corriente. Ni contracorriente. Para ser corrientes.

Al final, uno se queda con la sensación de que para medir a los partidos le sirve el mismo rasero. Diferentes siglas pero el mismo nivel. Y no muy alto.

Y si Jesulín dice que la vida es como un toro, aquí la política es como una gaita. El ejército de gaitas de Fraga (o el trombón de Baltar; el instrumento al final es lo de menos, lo que cuenta es la metáfora) parecían de otra época. Pero son de la misma.

El lunes se inauguró una línea de autobús en Velle. Pero no empezará a rodar hasta mañana. Pero había que colocarse para la foto. Y hubo gaitas. Y hasta percusión.

Los políticos se subieron a un estrado cubierto y desde arriba, tal y como nos gobiernan, hablaron a los vecinos, que sujetaban los paraguas bajo la lluvia y tenían que alzar la cabeza.

Mientras tanto el autobús estaba aparcado. Y durante toda esta semana hizo el mismo recorrido que la provincia: un viaje hacia ninguna parte.