La Casa da Xuventude se convirtió ayer en un canto reivindicativo del papel de la mujer en el mundo del arte. Un papel que, al igual que en muchos otros escenarios sociales, es menos visible -prueben a recordar nombres de pintoras, escultoras, diseñadoras, fotógrafas...- por ser mujer. A pesar de que son muchas las que han enfocado su vida hacia esa faceta artística. Y no hay más que ver el elenco seleccionado por el Colectivo Violeta para una macroexposición que es al mismo tiempo una llamada de atención que podrá disfrutarse hasta el 15 de marzo. Allí están Asun Adá, Cristina de Pádua, Alba Rubín, Eva Domínguez, Itziar Couce, Iria Prol, María Durán, Natalia Figueiras, Tareixa Taboada, Antonia López, Flora Fernández, Lucía Nóvoa, Eva Domínguez, Puri García, Olalla Rivera, Elena Nieto, Natalia Devesa, Socorro Balvís, Concha Outeiriño y Eva Malleira. Paralelamente se exponen trabajos de las alumnas y alumnos de la Escola Felicidad Duce, que con sus modelos dan distintas visiones sobre lo que es ser mujer. Ada López, Stéphanie Álvarez, Iria Casais, Sabina Simona, Alba Pereira, Antonio Martínez, María Luisa Núñez o María del Mar Fernández plantean facetas tan dispares como la de madre guerrera, la de la dulzura provocativa, o aspectos más estereotipados como el de compradoras compulsivas. En definitiva, una amalgama de sensaciones que merece la pena disfrutar.