La Audiencia Provincial de Ourense ha condenado a Ramón Fernández Álvarez a doce años y medio de cárcel, de los que doce son por un delito de asesinato y medio año por un delito de tenencia ilícita de armas. Asimismo la sentencia dice que deberá indemnizar a la madre e hija de la víctima, que viven en Brasil, en 109.000 euros. Ramón no podrá portar ni tener arma alguna durante 10 años.
En la sentencia dice la Sala que es la propia declaración del acusado la que «da vida y encierra la concurrencia de todos los elementos definidores de la figura de asesinato». Ramón había declarado en el juicio cómo mató a Socorro Oliveira con dos tiros de escopeta en el bajo de la casa del ahora condenado, en el pueblo de Rioboo, Cenlle, tras haber mantenido una relación sexual. El acusado metió le cadáver en unos plásticos y recortó los cañones de su escopeta, llevando el cuerpo y el arma en su coche para deshacerse de ellos arrojándolos desde un puente al río Avia a su paso por Pazos de Arenteiro.
Colaboración
Ramón colaboró con la investigación de forma decisiva, dice la sentencia, comunicando a las fuerzas de seguridad dónde había arrojado el cadáver. Puso, además, a disposición de la familia de la víctima su patrimonio personal para tratar de resarcir los perjuicios causados.
La sentencia se ha dictado recogiendo exactamente las penas que solicitó el fiscal, petición a la que se sumaron de manera unánime la acusación particular y la defensa. Por parte del letrado de la familia de Socorro se va a vigilar la ejecución de sentencia. Las fincas que el acusado deja a la familia tienen poco valor, luego está el 50% de una casa en gananciales.
Como tiene una pensión que no llega a mil euros y de la cual quiere abonar cada mes a la familia de Socorro 350 euros, la ley no se lo permite aunque quiera hacerlo. Por ello se le va a solicitar que dé orden a su banco para que, cuando cada mes reciba la pensión, el propio banco retire esos 350 euros de su cuenta que irán a parar a la de la madre de Socorro para ella y para su nieta. Ambas viven con escasos recursos en una zona pobre de Brasil que se vio muy afectada por las lluvias torrenciales recientes. Ramón lleva ya dos años en prisión.