Escribo esta colaboración mientras preparo una oposición, a auxiliar de equitación, convocada por la Diputación. En Ourense hay miles y miles de caballos, y esta profesión tiene mucho futuro...
La ciudad, sus aceras, están llenas. Hemos expulsado a los fumadores de los bares a la diáspora de la intemperie, y ahora, ciscan las colillas a diestra y siniestra sin ponerse colorados. Se me ocurre, que si lo hacen los que mangonean en Madrid, que monten un Centro de Interpretación de Colillas; si los de la Xunta, que hagan un Instituto Ourensán de Emprendedores para o aproveitamento das «cabuchas».
Ourense, que ya estaba gorrinillo, ahora, se supera. Estamos pagando tres millones de euros más al año, y aún así, hay que ser muy sectario o mentiroso para decir que la ciudad están más limpia. ¿En qué epígrafe del contrato figura que tienen que recoger las colillas que inundan las aceras? En ninguno. Propongo que los políticos les den otros tres millones, ya que gracias a la nueva empresa de recogida, Ourense entrará en el récord Guinness como Ciudad Colilla. Y podremos presumir de nuevos ricos, fardones y derrochones. El empresario del asunto, no se lo cree: le tocamos la lotería.