Dos holandeses recorren el Camino de Invierno en bicicleta y destacan la tranquilidad de esta ruta
OURENSE
Perdidos en el Camino. Así se podría titular la aventura de Ab Reeze y Wilfried Kool, dos holandeses que partieron hace un mes de su casa en bicicleta para hacer el Camino de Santiago y ayer pasaban por O Barco. Pero perdidos no por la ruta si no, según contaban, por estar disfrutándola totalmente desconectados de su rutina.
Su desvío para seguir el trazado de Invierno no fue casualidad, sino motivado por Gilber Álvarez, barquense y yerno de uno de los peregrinos, quien explicaba que «no conocía el Camino de Invierno pero un amigo me habló de él y se lo propuse ya que querían pasar a vernos y se desviaron por aquí desde Ponferrada». Y desde aquí continuarán hasta Santiago siguiendo un camino del que destacan sobre todo la tranquilidad.
A ellos no les importa que haya menos albergues, ya que van parando en hostales: «Disfrutamos con la sensación de no saber dónde vamos a dormir, qué vamos a comer, o a qué gente conoceremos», explica Wilfried, quien si hecha de menos un poco de información en inglés, tanto en las páginas web dedicadas al Camino de Invierno como en los folletos y paneles turísticos. Para él es la primera vez que recorre el Camino y después de cuatro semanas pedaleando asegura agradecer la tranquilidad y el sol con el que les ha recibido Galicia. Para Ab Reeze en cambio, es la segunda vez que hace la ruta xacobea, la vez anterior por O Cebreiro y asegura preferir esta alternativa. «El paisaje es maravilloso, esta zona es muy auténtica, realmente nos sentimos haciendo el Camino y es mucho más tranquilo que la ruta francesa», explica Ab, quien también echa de menos más información sobre la zona y le gustaría «que los restaurantes de los hoteles abran antes para dar la cena; cenar a las nueve y acostarte pronto es un desastre par los que madrugamos para pedalear».